ISBN 0124-0854
N º 41 Diciembre de 1998
La noche estrellada. Museo de Arte Moderno, Nueva York. Vincent Van Gogh
Por: lucía Victoria Hernández C.
Navidad es una palabra que evoca en nosotros una gran cantidad de sentimientos encontrados: alegría y tristeza, esperanza hacia el futuro y nostalgia del pasado. Nos transporta a la época de la niñez, al mismo tiempo que nos hace tomar conciencia de que ya no somos niños, aunque miremos el ambiente que rodea la época navideña con sus ojos, que descubren un mundo nuevo detrás de cada uno de sus símbolos.
El pesebre con los pastores y los magos, las velas y las luces de colores, el árbol con sus adornos y la estrella, el Viejo Noel, los villancicos, la corona y
el tronco con la vela, son símbolos que al interpretarlos acercan al misterio que se celebra: Dios se ha hecho hombre para que los hombres puedan llegar a ser Dios.
“ Si no hay amor no hay pesebre aunque lo fabrique usted”, dice un hermoso villancico. Realmente el pesebre invita a deponer los odios y rencores, a reconocer en la sonrisa tierna y acogedora del Niño del pesebre las caras tristes o alegres de todos los niños del mundo a reconocerse todos los hombres y mujeres como iguales: ricos y pobres, doctos e ignorantes, niños y adultos, cristianos y no cristianos, pastores y magos, porque para todos ha nacido el Niño. Dios