ISBN 0124-0854
N º 37 Agosto de 1998
Difusión: un remedio para el olvido
Por: Programa Guía Cultural
El patrimonio cultural lo forman las creaciones producto de los estilos de vida, los valores y las creencias de un grupo cultural y tienen valor de patrimonio, pues son testimonio de la cosmovisión de una colectividad. No importa la época, el hombre está siempre en una búsqueda permanente de nuevos referentes, establece rupturas en su pensamiento y en ese recorrido va dejando plasmado a través de las creaciones culturales la memoria de su existencia. Ellas reflejan el devenir histórico donde se encarna la cultura como herencia, como experiencia acumulada, como la huella que han dejado las generaciones pasadas en la construcción de su identidad.
Esta característica de lo testimonial colectivo fue quizás el motor que impulsó en nuestro país por vías jurídicas la protección del legado de nuestros antepasados, a través de la ley 163 de 1959 y su decreto reglamentario 264 de 1963, mediante la cual el Estado se encargó de dictar medidas sobre la defensa y conservación del patrimonio histórico, artístico y monumentos públicos de la nación, implementando normas referentes a la delimitación de las áreas de protección, actividades estatales y de los particulares sobre dichos espacios y la explotación de estos. Sin embargo: la creación de leyes para regular el uso y la defensa del patrimonio cultural no es la única manera de protegerlo; la ciencia también ha hecho su aporte implementando técnicas que le permitan salir avante en su desigual lucha contra las condiciones atmosféricas y el desgaste inevitable del tiempo, a través del proceso de restauración, que consiste en darle