ISBN 0124-0854
N º 33 Abril de 1998 constituirse en arte, es decir, en creación. Prueba de ello, como alguien lo anotó, es que con los mismos veintiocho caracteres del alfabeto que todos usamos a diario en nuestra comunicación oral y escrita en Colombia, Gabriel García Márquez, con sus libros, alcanza el Premio Nobel de Literatura. Y muchos otros autores logran un sitio importante en el gusto y el interés de diversos públicos, especializados y no.
La literatura conlleva un lenguaje propio y autónomo, sin embargo accesible a cualquier lector, mediante la sola disposición a dejarse tomar de la mano por el autor y ser protagonista él mismo de aquello que sólo en apariencia yace yerto en el papel. La obra literaria transforma no sólo las maneras de observar y vivir el mundo, sino también las maneras de expresarlo.
Pero ese develamiento lleva consigo no sólo la puesta en escena de la realidad de nuestro tiempo( que de una u otra manera es la misma realidad de siempre), sino que demuestran la contundencia de verdades sin dobleces, mediante un lenguaje que transforma la moralina con que a menudo la preceptiva oficial pretende enmascararlo todo.
En el lenguaje de estas obras, como en el de toda verdadera creación, subyace una riqueza estética que demuestra con solidez que en el lenguaje de la literatura existe una manera de curarse no sólo del tedio, sino también de la mediocridad mental en que nos sume la rutina de verdades de cajón, de lenguajes de pantalla.
* Coordinador Cultural de la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia.
He leído recientemente las novelas Un beso de Dick, de Fernando Molano y Oh mar amargo, de Óscar Castro García; el poemario Todas mis cosas en tus bolsillo, del mismo Fernando Molano, y el libro de cuentos Historias de la cárcel de Bellavista, de José Libardo Porras, autores jóvenes de la última generación literaria de nuestro país, y es fácil observar cómo se encuentra en este casual conjunto; un lenguaje que, desde la literatura, devela las circunstancias de nuestra realidad más inmediata, llena de incertidumbres, violencia, marginalidad y estrechamiento físico y mental.