Agenda Cultural UdeA - Año 1998 ABRIL | Page 15

ISBN 0124-0854
N º 33 Abril de 1998

LENGUAJE Y LITERATURA

Por: Luis Germán Sierra J.*

No es ninguna novedad o descubrimiento afirmar que en toda literatura se funda con propiedad un lenguaje. Y que ello marca una frontera con otras formas de expresión, como el uso del lenguaje cotidiano, científico, periodístico etc. Lo anterior no obsta para que en ocasiones se funden esos lenguajes y los límites desaparezcan, dado que la obra literaria se alimenta tanto de las formas de la calle, como de los principios y lenguajes de las matemáticas, la medicina, la antropología y demás.

Juan Rulfo y sus ambientes y personajes de Comala, arraigados en el dolor, la desesperanza, el olvido y la muerte; Álvaro Mutis transfigurado en el lenguaje del agua, el escepticismo, la aventura, el viaje sin metas más allá del propio viaje, y finalmente la risa irónica sobre un destino inexorable; el enciclopedismo de Jorge Luis Borges vuelto literatura mediante el ejercicio de una potente imaginación que hace del rigor, el humor y la metáfora un mundo de ricos lenguajes.
Asimismo, el más común de los mortales a menudo se expresa con formas que son propias de la literatura, a veces inconscientemente y como fruto
... con los mismos veintiocho caracteres del alfabeto que todos usamos a diario en nuestra comunicación oral y escrita en Colombia, Gabriel García Márquez, con sus libros, alcanza el Premio Nobel...
de tradiciones que se afincan en recreaciones de la lengua, fuera del uso práctico y utilitario.
En algunas ocasiones, personajes de la literatura que nos parecen sacados de las más altas invenciones, son seres de carne y hueso que han entrado « tal cual » a la historia literaria. Faulkner afirmaba que aprendía más acerca de la vida y la literatura hablando con sus amigos campesinos y pescadores, que de los círculos intelectuales y escritores. de la ciudad.
Unas culturas son más ricas que otras en ese aspecto de la tradición, es obvio. Como no lo es afirmar que el lenguaje estereotipado y expansivo de la publicidad y muchos medios de información, mata con rigor las posibilidades de juego y creación de la lengua en grandes poblaciones de las urbes modernas, apabulladas por la insubstancialidad de mensajes dirigidos al solo consumo de bienes, redundante en la frivolización de las costumbres y, por tanto, del lenguaje. La literatura es, justamente una sanación de esa enfermedad.
En la obra literaria lo que más se pone en juego es precisamente la riqueza de la lengua, y su éxito se alcanza al