ISBN 0124-0854
N º 28 Octubre de 1997 interacciones callejeras , que comenzaban con una inocente y picaresca interpelación de los enmascarados : “ adivine quién soy ... “. Ni una pelea , ni un solo accidente exaltaban el sano balance de la diversión . Como una réplica juvenil de las fiestas de las flores del selecto Club Unión , las fiestas estudiantiles desplegaban su tinte democrático . Concebidas a cielo abierto , las celebraciones del 21 y 22 de septiembre , coincidiendo con el equinoccio de otoño , es decir , el anverso de las fiestas de la primavera y de su versión floral en mayo , son un híbrido de lo sagrado y lo profano en su programación : Misa campal , desfile cívico , fútbol , proclamación de reina , dramatización , “ homenaje a la ciencia ” -versión arcaica de la Expouniversidad- , concursos de pintura , literatura , música , cine y violín . Los eventos culminaban con la entrega de la bandera de los estudiantes a la facultad que , por sorteo , le correspondiera el honor de guardarla y resguardarla , durante un año . En 1923 la recibió la facultad de Medicina y Ciencias Naturales . En medio de los concursos de “ cupidos ” y “ coquetas ”, la galantería de los cortejos oficializó noviazgos y compromisos matrimoniales , en la candorosa y no consumista versión de “ Amor y Amistad ” de estos locos años . María Cano , emergerá también con su cautivante y fervoroso discurso como reina de los estudiantes y “ Flor del Trabajo ”. Los tiempos traen nuevos aires y la fiesta es una conquista de las asambleas estudiantiles . El cronista A .
García V ., en su artículo titulado “ 21 de septiembre ”, reconoce que “ la juventud estudiosa de Colombia abandona el duro laborar y dedica este día , nuevo jalón en su vida , a celebrar dignamente su fiesta , todo sin que sea obstáculo para que mañana reanude con mayores bríos la tarea empezada en bien de la Patria y de la familia . Con regocijo vemos estos festivales juveniles . Por todos los barrios deambulan alegremente los estudiantes , vivando a su reina , entusiasmando a los transeúntes . Parece que se sintieran las febriles y fecundas pulsaciones del enorme corazón de la juventud colombiana ” ( El Colombiano , 21-IX- 1923 , p . 1 ). El clímax de estos episodios tuvo su origen en el Decreto 1902 del 14 de septiembre de 1921 , promulgado por el presidente Marco Fidel Suárez y el Ministro de Instrucción Pública , Miguel Abadía Méndez , concediendo asueto - es decir , día cívico- el Día de la Fiesta del Estudiante , como un reconocimiento al hecho de que la Asamblea de Estudiantes “ estableció la fiesta del gremio y señaló el día 21 de septiembre de cada año para celebrarla ”. El asueto , destinado a la equinoccial diversión , era extensivo a todas las facultades , colegios y escuelas oficiales de la República . Pocas instituciones preservan hoy en día esta tradición , o se ha transformado en eventos institucionalizados como ferias de la ciencia y similares . Por su parte , las reinas estudiantiles ( Lucía I -Cock Quevedo- e Inés I - Greiffenstein- ), convertidas en voceras del gremio , mediaban ante el