Agenda Cultural UdeA Agosto 2004 | Page 3

ISBN 0124-0854
N º 102 Agosto 2004

Sembrar bambú en el corazón

Viví más de mil días con sus noches en pleno corazón de China, inmensidad de tierra amarilla bañada por caudalosos ríos, resguardada por ahísimas montañas, acosada por interminables desiertos, y protegida por un cielo azul turquesa en cuyas nubes anidaban sus míticos dragones. Llamada en mandarín Zhong Guo-país del centro-, tenía innumerables pueblos y laberínticas ciudades cuyo origen se perdía en la oscuridad de los siglos, donde habitaban desde entonces millones de hombres que, gracias a su inteligencia y paciente observación de la naturaleza, habían hecho los grandes inventos de la humanidad, y creado un lenguaje que les permitía comunicarse con dibujos cantados en cinco tonos, pero que se entendían mejor graficando con su índice derecho invisibles caracteres sobre la palma de la mano izquierda. Catorce siglos antes de la era cristiana sus antepasados ya habían dejado las memorias de su civilización escritas en huesos de tortuga y lo mejor de su arte oculto bajo
tierra, protegido por furiosos guerreros y terribles demonios. Sin haberlo previsto, llegué hasta ese confín del mundo antiguo, en un exilio voluntario, para conocer y aprender las artes tradicionales de ese mítico pueblo del que sólo tenía coloridas referencias por las escenografías de las películas gringas y las sugestivas fotos de las revistas que llegaban desde China para los amigos de la revolución. Pero la razón de este salto hacia el pasado no era política; a pesar de que mi trabajo teatral y las ideas plásticas de mi facultad estaban inevitablemente permeadas por el libro rojo sobre literatura y arte de Mao, se trató exactamente de una vuelta brusca de la rueda del destino, cosa del demonio, situación apremiante que finalmente devino un afortunado karma que cambió de manera fundamental mi pensamiento y mi mirada, e imprimió en mi cuerpo y espíritu su precioso sello rojo, despertando también mi Chi original, esa palabra-dibuio, símbolo de la energía del aliento vital. Dejando a buen