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que durante 40 años se habló favorablemente de la Cruzada que la salvó de ser comunizada por la URSS, con " chekas " y todo. La quema de templos, el asesinato de obispos, la violación de monjas y la masacre de Paracuellos eran sólo el comienzo. La lideresa marxista había advertido: " Necesitamos una revolución gigantesca. Ni siquiera la rusa nos sirve. Queremos llamaradas gigantescas que enrojezcan los cielos y mares de sangre que inunden el planeta." Y su compañero, Largo Caballero, agregaba: " Cuando nos lancemos por segunda vez a la calle, que no nos hablen de generosidad y que no nos culpen de los excesos de la revolución, hasta el punto de no respetar cosas ni personas." Por eso el Episcopado de España consideró tan justificada la defensa. Por eso el obispo Vicente Tarancón dijo en su Carta Pastoral del 8 de mayo de 1946 que tal defensa había sido una Cruzada. Esa y otras muchas declaraciones semejantes del obispo Tarancón fueron avaladas por el Papa pío XII, quien dijo ante una peregrinación militar española: " Bienvenidos seáis jefes, oficiales y soldados de la católica España, hijos nuestros muy amados... Nos consuela ver en vosotros a los defensores sufridos, esforzados y leales de la Fe y de la cultura de vuestra Patria."( 11- VI-1939).
Al lado del obispo Tarancón, obispos y sacerdotes bendecían la Cruzada y elogiaban al Caudillo Francisco Franco como " hombre providencial, benemérito de la Iglesia, adalid del catolicismo." También dieron su aplauso a " la labor moralizadora que ha hecho el jefe de Estado." " Es motivo de optimismo-agregaban- el sabernos regidos y gobernados por un hombre providencial, que con criterio netamente católico ha dado una orientación magnífica a las leyes del Estado." Pero luego, gradualmente, se fue operando un " cambio " que, al acelerarse, llegó a estar muy cerca de condenar a la Cruzada de 1936. Por todas partes fueron surgiendo voces de que sólo había sido " una lucha por causas políticas ". Se planteó públicamente la interrogante de si la Iglesia debía pedir perdón. Puesta a votación, 123 clérigos optaron por el " No " y 113 por el " sí "( Diez se abstuvieron de votar). a influencia marxista regresaba a España, aunque ya no por la vía de la Acción Violenta, sino de la Acción Gradual y muchas cosas fueron cambiando, matizadas de " apertura " o de " puesta al día ". Obispos y sacerdotes que habían elogiado la lucha anticomunista y al Caudillo, fueron dando media vuelta.
El politólogo español Bias Piñar opina que-quienes impulsan cambios aparentemente inocuos- " han aprendido las lecciones de la Historia y, disfrazados de ángeles de libertad y progreso, van royendo paso a paso las raíces más profundas del ser católico de España, y han escuchado el siguiente consejo: " No les presentes guerra frente a frente, que es gente endurecida en pelear. Púdreles el corazón como a una fruta, socávales el cimiento, haz tu tarea lenta como la lluvia y la humedad." Agrega Bias Piñar que él conoció bien al cardenal Tarancón y que no cree que por malicia se sumara al " cambio ". Fue por sumisión absoluta a Roma. Primero a la de antes del Concilio, y después a la posterior del Concilio.( 1)
LOS TEOLOGOS DE LA LlBERACIÓN
Esa corriente de pensamiento, de que sí hay cambios en la Iglesia( y de que no todos son favorables), se detecta en muchos países. Se señala que en América ya circula una teología que difiere de la tradicional. El Padre Gustavo Gutiérrez la difunde desde Perú; Juan Luis Segundo, en Uruguay; Hugo Assman y Helder Cámara en Brasil; Miguel Bonino en Argentina; Sergio Torres en Chile; Roberto Drinan y veintenas más en Estados Unidos; Camilo Torres y Germán Guzmán Campos en Colombia; Méndez Arceo e Iván Illich en Cuernavaca; Ertze Garamendi y una legión de jesuitas en la ciudad de México, etc. Descendiendo del campo teológico al de la enseñanza, en la ciudad de Puebla se dio una curiosa polémica entre el jesuita Manuel Ruiz Ugalde, rector del Instituto Oriente, y un periodista. El jesuita le reprochó, públicamente, que juzgara negativo al marxismo-leninismo.
• Usted( le dijo el jesuita) se ha quedado atrasado, fuera de época. Seguramente bebió fijador fotográfico a los 13 años. Por eso produce un desierto negativo, amarillento de arenas calcinadas. ¿ Qué de extraño tiene que en el comunismo haya bienes?.. Es admirable la unión que existe entre ellos, como Mao, Ho-Chi-Minh o el mismo " Che ".
El periodista contestó que tal solidaridad no probaba nada en favor del marxismo. " Usted habla de que el comunismo entraña bondades, padre Ruiz Ugalde; pues bien, díganos cuáles." Y como el señor Rector no contestaba, el periodista le hizo públicamente el siguiente interrogatorio:
• ¿ No habré advertido que uno de los bienes del comunismo es que suprime todos los derechos sindicales?
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