creo que lo cree, legislar el divorcio civil, yo no tengo ningún inconveniente como cristiano" (Revista
Eclesia, 5 de febrero de 1977).
Varios grupos "progresistas" alegaron que "la Iglesia está en tiempos de liquidación de dogmatismos y
triunfalismos", por lo cual el divorcio debía reconocerse como un derecho.
Por su parte el padre Miguel Aíza, magistrado del Tribunal de la Rota, declaró: "Se pone de relieve en el
momento actual que no sólo las psicosis, sino también las neurosis, las psicopatías o lo s desórdenes de
personalidad pueden no sólo hacer difícil, sino imposible la convivencia matrimonial y la integración de sus
personalidades. Si se prueba dicha incapacidad el matrimonio puede ser declarado nulo" ("Ya", 19 de
diciembre 1986).
Según la psicología y la psiquiatría, esas justificantes pueden ser tan vagas y tan manipuladas que
prácticamente el sacramento matrimonial queda en el aire.
Y todo se repitió con las reformas a la Ley Orgánica del Derecho a la Educación, orientadas a
descristianizar a la niñez. Con motivo de unas manifestaciones contra esa ley, el jesuita Martín Patiño, de
la Conferencia Episcopal, se quejó de que "habían provocado una serie de tensiones". Luego el padre
Francisco Gil Peláez, vicario episcopal de Madrid, echó más agua fría diciendo: "La nueva realidad escolar
que se nos avecina no sólo no es sospechosa, sino que contiene grandes valores y está llamada a
mejorar la calidad de la enseñanza" (Ecclesia, 19 abril, 1986).
Y la reforma educativa -según consignas de la UNESCO- finalmente se aprobó.
La "liberación" llevaba vuelo y se manifestó luego en el auge de la pornografía. El alcalde socialista de
Madrid, Enrique Tierno Galván, promovió la "Semana del Erotismo". Otros ayuntamientos y el Ministerio
de Cultura patrocinaron en numerosas ciudades representaciones teatrales francamente sacrílegas.
Entre esas representaciones figuró el grupo "Els Comediants" con la escenificación de "Dimonis", que en
uno de sus diálogos dice: "No queremos fronteras ni guardias ni curas, viva el infierno, muera la Iglesia;
Dios no existe. Lucifer, Lucifer, Lucifer".
La obra "Teledeum" era una parodia de la misa. Y "Jevous salue. María" profería blasfemias contra la
Virgen María y Jesucristo.
La "Sociedad Española-Covadonga" comentó que "acontecimientos que en otras épocas habrían herido
profundamente la sensibilidad del pueblo, despertando reacciones clamorosas, hoy a casi nadie
inquietan... Así como los rayos de luz o la mirada atraviesan un cristal sin alterarlo, el alma indiferente de
esas personas parece de vidrio. Los hechos las atraviesan casi sin dejar huella. Ante las cosas más
absurdas ni se molestan, con tal que no las perturbe en su más próximo espacio vital... La sana conciencia
se va apagando gradualmente como las luces de un salón... Se actúa en el campo de lo que los
especialistas llaman guerra psicológica revolucionaria... para quitar al adversario la voluntad de resistir".
Y agrega que una invasión extranjera hubiera sido menos dañina. Lo peor, dice, es "la pérdida de la
identidad moral. Todo es permisible; no hay bien ni mal en la revolución tranquila del PSOE que se
presenta como 'modernización' y que se cobija bajo la engañosa monarquía del rey Juan Carlos, quien
derogó la tradición de jurar ante un Crucifijo".
Joaquín Ortega, de la Conferencia Episcopal española, dice que el número de católicos no practicantes se
triplicó en una década. El de los ateos casi se ha sextuplicado. España, cuyos misioneros evangelizaron a
América hace cinco siglos, ahora necesita ser evangelizada. (Agencia Reuter, 22 de agosto, 1989).
Después de todo lo anterior resultan ominosas las palabras del padre González de Cardenal, teólogo
semioficial del Episcopado Español: "Quien se sigue guiando por el catecismo de su infancia, la imaginería
religiosa en los techos de su aldea natal… es posible que un día se encuentre en tierra de nadie y se
encuentre que aquél su catolicismo e Iglesia ya no existe; que de hecho él está fuera de la Iglesia que hay,
y que a ésta han venido a habitar personas que él siempre consideró ajenas a ella". (1)
¿Tanto así?... ¿Qué de niño se comulgó en una Iglesia y que luego ésta ya no es la misma?
EL GRADUALlSMO APLACA LA REACCION
Manuel Bonilla Sauras, investigador de los sucesos históricos de España durante 50 años, demuestra que
el Partido Socialista Español empezó a esconder su filiación marxista en la década de los años
cincuentas.
El PSOE adoptó la marcha gradual, que no despierta ya la rápida y enfática oposición que suscitaba el
comunismo franco. Su nueva apariencia fue sugerida por Willy Brandt, presidente de la Internacional
Socialista. El PSOE empezó luego a recibir ayuda económica desde Alemania, Venezuela, Israel, México,
Suecia y Austria, "oficialmente" sólo "para ayudar a los presos políticos".
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