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Inmediatamente después tales estudiantes recibieron el apoyo público del sacerdote Fernando Cardenal, vicerrector de la Universidad, y luego de 22 jesuitas que firmaron una carta de adhesión. El movimiento cundió a León, donde fueron ocupados cuatro templos. Todo se desarrolló conforme a un plan irresistible: 1. Los "presos políticos" eran terroristas u homicidas como José Benito Escobar Pérez. 2. Veintenas de sacerdotes avalaron los nuevos brotes guerrilleros como anhelos de liberación. En esto estuvieron implicados miembros de la Orden Mariknoll, de las Hermanas de Loreto, de la Conferencia de Superiores Religiosos, del Centro Jesuita de Educación y Promoción Agraria, del Instituto Histórico, de la Conferencia de Religiosos y de las Comunidades de Base. (1) 3. El pueblo católico no recelaba de sus pastores que les hablaban de la "opción preferencial por los pobres" para impulsar el odio de clases. 4. A Jesucristo se le aludía como "revolucionario"; a la Virgen, como "madre de los revolucionarios"; la eucaristía simbolizaba "el pan de los pobres ya liberados"; el cielo se alcanzaba aboliendo las viejas estructuras. 5. El General de los Jesuitas, Pedro Arrupe, aprobó todo eso diciendo: "Nuestros hermanos de Nicaragua se han erigido en campeones de los pequeños de Dios". 6. En vísperas del triunfo guerrillero casi todos los obispos declararon que era "legítima la revolución", aprobaron la lucha de clases y afirmaron que el socialismo "significa dar preeminencia a la mayoría de los nicaragüenses". (Junio, 1979). 7. Tales pronunciamientos complementaron las armas y los comandos que llegaban de Cuba. Carter pudo luego "cesar" a Somoza. 8. Los sacerdotes Miguel Escota Brodkman, Ernesto Cardenal, Edgar Parrales, Rafael Lucio y otros más pasaron a ocupar altos puestos en el gobierno comunista de Borge y Ortega. Además llegaron sacerdotes del extranjero a colaborar en la formación de la "Iglesia Popular", de inspiración marxista. El cardenal Cassaroli -que en los años 50s había iniciado un acercamiento con Stalin y que luego aconsejó el Pacto de Metz-, retiró de Nicaragua al antiguo Nuncio Mons. Gabriel Montalvo y lo substituyó con monseñor Pietro Sambi (procedente de Cuba). Este nuevo delegado pontificio se mostró simpatizante del régimen: "La revolución nicaragüense -dijo- está ante la oportunidad histórica de ser diferente a otras; tiene la posibilidad de ser una revolución que se hace en comunión con los valores del cristianismo y de ser pluralista". En realidad no había tal pluralismo. La educación pública quedó encauzada hacia el ateísmo; la economía y la agricultura fueron forzadas a entrar en el cauce marxista; hubo más de mil ejecuciones sin proceso formal y seis mil prisioneros de guerra quedaron confinados indefinidamente en campos de concentración. (1) Jesuitas, Iglesia y Marxismo, Ricardo de la Cierva. Se impuso un racionamiento que nadie hubiera concebido en la época de Somoza. Y frente a la Iglesia de siempre se alentó la llamada Iglesia Popular, que mediante las Comunidades de Base empezó a realizar el proyecto de varios teólogos liberacionistas", uno de los cuales (Karl Rahner) difundía que la Iglesia del futuro ha de crecer a partir de grupos libres, que elegirán a sus propios ministros; "una Iglesia democratizada". ("Cambio Estructural de la Iglesia" por K. Rahner, 1972). Cuando en marzo de 1983 el Papa Juan Pablo" visitó Nicaragua, no pudo hacerse oír en la homilía, pues las "porras" no cesaron de sisearlo y de gritar: "¡El poder para el pueblo!... jHáblenos de los pobres! ... ¡Queremos una Iglesia unida con los pobres!... ¡Háblenos de la injusticia del capitalismo” ... Al cumplirse diez años de dictadura, en junio de 1989, ya era evidente que un considerable sector se había alejado del catolicismo, en una crisis de fe, y había abandonado el culto tradicional. (1) En cuanto a la situación social, en general, el régimen nicaragüense contrató varios expertos para que hicieran un estudio de la economía del país, y se precisó que el poder adquisitivo había bajado un promedio del 70%; que en 16 meses el tipo de cambio pasó de 10 córdobas por dólar a 26.250; que las importaciones eran tres veces mayores a las exportaciones y que la ayuda que recibía en dólares no bastaba. Total, que Nicaragua había pasado a ser el país más pobre del Continente. (Antes lo era Haití) (2) La Comisión Económica de la ONU declaró que de septiembre de 1987 a septiembre de 1988 los precios en Nicaragua subieron 7.800%. La Agencia Británica Oxfam informó que la mortalidad infantil aumentó en forma alarmante. (AP, 1 de agosto de 1989). 23