Se considera que la Teología de la Liberación sirve de base intelectual-con diferentes grados de marxismo- al movimiento de Comunidades de Base, el cual desemboca en la Iglesia Popular, antijerárquica. También sirve de fundamento, con diferente vocabulario, al Movimiento de Cristianos por el Socialismo, rama que adquirió mucha fuerza en Chile( durante el régimen de Salvador Allende) dirigido por el jesuita Gonzalo Arroyo."( 1)
Es evidente que la Teología de la Liberación tiene grandes recursos económicos, que cuenta con el apoyo de muchos medios de información mundial y que actúa en lo religioso y en lo político. Debe reconocerse que en el plano material dicha“ teología” despierta grandes ilusiones de prosperidad para las masas y a la vez les brinda un objetivo sobre el cual dirigir su ira( odio de clase) o sean las instituciones simplemente“ no marxistas”. Esto le confiere una gran potencialidad expansiva, capaz de llegar incluso a realizar movimientos subversivos. En este punto de señalarles a los pobres-aunque falsamente- cuál es el enemigo que los mantiene en la miseria y de bendecirles la lucha contra él, la Teología de la Liberación lleva cierto tipo de ventaja, fraudulenta, a la Iglesia de dos mil años, para la cual está fuera de su campo resolver la situación política y económica del mundo. Puede impulsar a los laicos a que sean generosos y justos, pero no prometer la prosperidad mundial. En cambio, la Teología de la Liberación engaña a las masas afirmándoles que tiene la solución para su pobreza y que va a sacarlos de ella por el camino socialista. Dicha " teología " hace hincapié en la pobreza, pero jamás Identifica los veneros de donde surge. El más grande estrato de ínfima pobreza está en el campo, víctima de la Reforma Agraria revolucionaria. Gravemente pobres, también, son los desempleados, víctimas de la política revolucionaria de endeudamientos y estatizaciones. Pobres, asimismo, son las familias a quienes se les evapora su poder adquisitivo debido a la inflación creada por los sistemas revolucionarios.
Esos tres grandes veneros de miseria no son obra de la sociedad, como pretenden los " Iiberacionistas ", cuya táctica es invocar la miseria como bandera y lanzarse a promover el marxismo. La desinformación de las masas empobrecidas( incluso de muchos sacerdotes de buena fe) facilita dicho engaño. En los círculos católicos no se habla de las auténticas raíces de la miseria, de tal manera que el falso planteamiento de la Teología de la Liberación es la única explicación al alcance de los pueblos del tercer mundo. Por ejemplo: 1. El campesino ignora que su miseria no se debe al sistema de libre empresa, sino a una Reforma Agraria de corte marxista. 2. El desempleado ignora que su desventura se debe a la política marxistoide que obstruye la inversión para crear centros de trabajo. 3. La inmensa mayoría de las familias con problemas económicos ignoran que su economía se deteriora debido a las lacras de la Revolución Mundial, patrocinada tanto por la Acción Violenta como por la Gradual. A todo lo anterior se agrega que el remedio a los males materiales no reside específicamente en medios materiales, sino en fuerzas espirituales. A mediados de este siglo había ya en el mundo una tendencia al materialismo, y la Teología de la Liberación enfocó el problema inclinándose más hacia todo lo material, en vez de impulsar un ascenso espiritual a la luz de la religión. El resultado ha sido creciente disolución.
( 1) Durante el régimen de Allende hubo en Chile una asamblea de 80 sacerdotes progresistas, en la que el Padre Paul Blanquart, profesor del Instituto Católico de París, elogió a Castro Ruz y dijo: " La Iglesia ya dejó de ser una y debe encaminarse por la senda del socialismo; lo demás no es Iglesia auténtica, sino falsa y muerta ".(' Jesuitas, Iglesia y Marxismo '. Ricardo de la Cierva.)
EL SORPRENDENTE TRIUNFO " TEOLOGICO " EN NICARAGUA
En 1969 pequeños grupos de agitadores comunistas empezaron a cometer asaltos en Nicaragua. Para sorpresa de muchos, al año siguiente 40 estudiantes de la Universidad Católica Centroamericana, adoctrinados por maestros jesuitas, ocuparon la catedral de Managua y exigieron que fueran liberados varios de los guerrilleros detenidos.
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