según ellos, era el nacionalsocialismo, cuyas victorias en la URSS urgía abatir cuanto antes.
Esos grupos (quizá para atraer a los protestantes) hablaban “teológicamente" de que el Papa debía
ponerse en el mismo plano que los jefes de todas las sectas, a fin de lograr una "convergencia
ecuménica".
Ya en un plano menos secreto, tales "religiosos" tenían colaboradores en diversos sectores cristianos,
como Bernard Letterhaus, dirigente de la Asociación de
(1) Aldoux Huxley era partidario del "evolucionismo". Su hermano Julián llegó a la UNESCO e
implantó la teoría del evolucionismo como una verdad científica en todas las escuelas del mundo.
El historiador francés Jean Lombard dice que el mencionado grupo fue patrocinado
económicamente por la Banca Worms. ('La Cara Oculta de la Historia Moderna').
Trabajadores Católicos; Jacob Kaiser, jefe regional de los Sindicatos Cristianos, y Max Habermann,
también con influencia entre algunos líderes obreros.
Otro opositor, aunque no secreto, era Martín Niemoeller, quien se apartó de la Iglesia Protestante y fundó
la Liga Presbiteriana de Socorro, predecesora de la llamada Iglesia Confesionalista, desde donde
Niemoeller atacaba al régimen de Hitler, en plena guerra. Niemoeller fue detenido, no por ser pastor
protestante, sino por su militancia subversiva, pero se le puso rápidamente en libertad. Luego que
intensificó sus sermones fue llevado al campo de Dachau, de donde salió al término de la guerra.
Ciertamente Niemoeller no arrastraba gente, pero el obispo católico Clemente Augusto, conde de Galen,
le hizo el gran servicio de exaltarlo en varias ocasiones: "¡Nuestro
más fervoroso homenaje a la valentía de este noble alemán!... ¡Pedimos, exigimos, reclamamos, justicia!"
El obispo Galen fue excepcional entre el Episcopado. En cierta forma era un predecesor del famoso
obispo mexicano Sergio Méndez Arceo. Tal vez monseñor Galen no estaba plenamente consciente de
quién era el pastor Niemoeller, el cual al terminar la guerra pudo ya ostentarse como partidario del
marxismo y de una fusión sincretista de todas las religiones donde el catolicismo no tuviera más relevancia
que cualquier secta.
Sin embargo, cabe hacer notar que la acción de tales religiosos o supuestos religiosos fue eficaz enlace
entre el movimiento marxista de infiltración, pero no logró atraer al pueblo. Sólo hubo un pequeño grupo
de estudiantes ("Rosa Blanca") que hizo "pintas" en Munich, con leyendas como las siguientes: "Beresina
y Stalingrado son llamas que refulgen en la URSS". (Se referían a dos batallas favorables para los
bolcheviques).
(No es posible saber hasta qué grado esos "teólogos" hayan logrado influir en altos oficiales que militaban
secretamente como infiltrados y que pasaron multitud de secretos militares a la URSS sobre el curso de
las operaciones, y esto costó cientos de miles de bajas al ejército alemán y la pérdida de varias batallas en
1942-1943).
EL PLAN SE ACELERO MEDIANTE DOS COYUNTURAS
Al terminar laSegunda Guerra Mundial (1945) fueron modificadas por la fuerza las fronteras de países
europeos, asiáticos y africanos. Naciones que jamás habían simpatizado con el comunismo quedaron
sujetas a él.
Ante esa expansión -dominante en 13 países-, el Papa Pío XII dictó excomunión mayor para los
comunistas y "todo el que los ayude" (13 de julio 1949).
Cuatro meses después el Vaticano denunció que el marxismo adoctrinaba sacerdotes para infiltrarlos en
diversos países. El obispo auxiliar de Nueva York, Fulton Sheen, añadió que en ese entonces ya había
más de mil de esos sacerdotes.
Como contrapartida, el jesuita Berteloot pidió en su libro "Francmasonería y la Iglesia" que ésta cesara su
"intolerancia e intransigencia" respecto a las logias. El Vaticano reiteró que estaban vigentes los cánones
648 y 2335, que excomulgaban a quienes se afiliaran a la masonería (19 de marzo, 1950).
No obstante, monseñor Daniel Pezeril, obispo auxiliar de París -hablando ante masones sobre el tema
"signos de la Iglesia del mañana"- predecía cambios fundamentales.
Por su parte, los rabinos Kaplan, Rosenblaum y Zwi Taubes cultivaban relaciones con varios sacerdotes
conocidos como "progresistas", a los cuales fueron
agregándose monseñor Alfrink, de Utrech; Suenens, de Malines; Hans Küng, de Alemania, el holandés
Schillebeckx y otros con gran ascendiente entre fieles católicos. Cincuenta sacerdotes españoles llegaron
a solidarizarse con ellos.
Avanzaba el "neo-modernismo"...
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