libro posterior del propio padre Berteloot, titulado "Francmasonería y la Logia"), en dicha junta se habían
creado bases para un entendimiento inicial entre la masonería y los círculos "modernistas".
Una especie de puente a través del cual la Logia influiría entre algunos clérigos, sin que éstos pudieran
influir en aquélla... ¿Sólo buena fe o principios de apostasía ?...
Después siguieron otros "encuentros" o "diálogos", en los que participaron los sacerdotes Cierens, de
Alemania: y Macé y Teilhard de Chardin de Francia.
El filósofo marxista-humanista Ernst Bloch, ahora reconocido como uno de los padres espirituales de la
teología progresista, enseñaba que "Dios es una imagen del hombre o del ideal del hombre. Dios es a lo
sumo un deseo del hombre, no una realidad". Y desde el área religiosa enlazaba sutiles argumentos para
conciliar ésta con el marxismo. En 1933, al subir Hitler al poder, Bloch emigró a Estados Unidos. (1)
También emigró ese mismo año el profesor Paul Tillich, catedrático de las universidades de Dresde y
Frankfort, que ensamblaba socialismo y cristianismo, pero desde luego se refería al socialismo marxista,
no al nacional-socialismo, que era completamente opuesto al primero.
Algo parecido se enseñaba en la Escuela de Frankfort, en el Instituto Sozialforschung, donde también se
hacían malabarismos dialécticos para presentar al marxismo como una ideología humanista que
interpreta, por distinto camino, el ideal cristiano. Esta escuela fue cerrada por el Partido Nazi.
Entretanto, la misma tendencia -sutilmente manejadala sostenía en Francia el
(1) Casi al terminar la primera guerra mundial, ya Bloch había exhortado
a los soldados alemanes a que abandonaran las armas, para favorecer a la revolución bolchevique
que en 1917-1918 trataba de extenderse a Alemania. ("Jesuitas, Iglesia y Marxismo", Ricardo de la
Cierva. Barcelona, 1968)
filósofo Emmanuel Mounierdesde 1928. Publicó libros y una revista católica "Esprit", donde en forma
gradual fue conduciendo a sus seguidores católicos hasta desembocar, en 1940, en la convergencia con
el marxismo. Pero precisamente en ese año llegaron los alemanes a Francia y detuvieron temporalmente
a Mounier.
Ya en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, el padre Berteloot había publicado en "Revista de París"
(15 de Sept. 1938) un artículo abogando en favor de un ensamble "humanista" entre masonería y
catolicismo. Algo parecido, por otro camino, gestionaban el padre Teilhard de Chardin, el filósofo Aldoux
Huxley, el ocultista Dr. Alendyy varios cabalistas.(1)
En la década de los años treinta la corriente llamada “modernismo” -frenada en 1907- dejó claras huellas
de que ya se hallaba ensamblada con el marxismo que dominaba en la URSS.
Al empezar dicha década la rama masónica no sutil -la de los círculos más exteriores y más impacientes-
lanzó un ataque frontal violento contra el catolicismo en España. A la vez, el Papa Pío XI declaró al
comunismo "intrínsecamente perverso" y prohibió a los católicos colaboran con esa ideología,
previniéndolos de que ésta se infiltraba en todos los sectores. (Encíclica Divinis Redemptoris, marzo
1937).
No obstante esos dos acontecimientos (el festín sangriento del comunismo en España y la condenación
pontificia) siguió realizándose un acercamiento de sacerdotes católicos y ministros protestantes (por una
parte) y grupos políticos procomunistas.
Bajo la ofensiva alemana de 1941, el marxismo asentado en la URSS se estaba derrumbando. Sus
pérdidas de tropas, armas y de fuentes de materias primas (en millón y medio de kilómetros cuadrados de
su más rico territorio), no podían reponerse con sus propios recursos. Aún se dudaba si la ayuda del
Imperio Británico y la próxima entrada de Estados Unidos en la guerra podrían llegar a tiempo.
En ese crítico momento los diversos grupos secretos que existían en Alemania para ayudar a la URSS
desarrollaron un frenético esfuerzo. Uno