judío del Antiguo Testamento, la Ciencia y el cristianismo. Se integraría, asi, una Iglesia del Progreso, que
respetaría en general las anteriores formas, pero con un contenido nuevo. Tan nuevo que aspiraba a
lograr que la Iglesia se convirtiera en auxiliar de la Revolución, mediante la ayuda de hermanos que
estuvieran dentro del mismo campo católico.
El plan recomendaba hacer hincapié en que el Reino no es para otra vida, sino para ésta. Debería usarse
un lenguaje especial y una táctica "gradualista" a fin de presentar a la Revolución y al Cristianismo como
movimientos paralelos que convergerían "en el amor al pobre".
Así se logró atraer a varios filósofos y sacerdotes. El caso más conocido -aunque desafortunado para
dicho plan- fue el del canónigo Roca (1830-1893), quien perdió toda mesura y en un congreso
"espiritualista" internacional (Sep. de 1889) celebrado en el Gran Oriente de Francia, dijo que "la
Revolución debería ser la redentora, no Cristo
...porque el cristianis