Conexión mente-cuerpo: desde una perspectiva holística, se reconoce que mente y cuerpo están estrechamente interconectados. El sueño afecta tanto a la salud física como a la mental, emocional y espiritual. Una mente agotada puede afectar la salud física, y un cuerpo agotado puede afectar la salud mental.
Restauración y recuperación del cuerpo y mente: durante el sueño, el cuerpo entra en un estado de reparación y recuperación. A nivel psicológico, dormir permite procesar las experiencias del día, solidificar recuerdos y manejar las emociones.
Función cognitiva: el sueño es fundamental para procesos
cognitivos como la atención, la toma de decisiones,
la resolución de problemas y la memoria. Un sueño
insuficiente o de mala calidad puede afectar
negativamente estas capacidades, lo que puede
tener consecuencias en la vida diaria y en la salud
mental.
Bienestar general y calidad de vida: las personas
que duermen bien suelen reportar mayor
satisfacción en la vida, mejor salud y capacidad
para enfrentar los desafíos diarios, son más
creativas, alegres, tienen mejor coordinación
motora, son más receptivas e intuitivas,
tienen mayor resistencia a las infecciones ya
que el sueño está íntimamente relacionado
con el sistema inmunológico.