es mentalmente competente y responsable de sus actos. Y además, decía Creen, en las leyes
de Kansas nada indica que los médicos elegidos para determinar la condición mental del
acusado deban poseer ninguna calificación especial.
-Sólo simples médicos. Médico de medicina general. Eso es todo lo que la ley requiere.
Cada año tenemos vistas en este tribunal de pruebas de incapacidad mental con el propósito
de internar a determinados individuos en esa institución. Pero nunca llamamos a nadie de
Larned o de ninguna otra institución psiquiátrica por el estilo. Nuestros médicos locales se
ocupan de la cuestión. No es tan difícil averiguar si un hombre está loco, o es imbécil o
idiota... Es absolutamente innecesario, una pérdida de tiempo, enviar a los acusados a Larned.
En su refutación, el abogado defensor Smith sugirió que el caso presente era «mucho
más grave que una simple comprobación de estado mental como los que tienen lugar en una
causa civil».
-Hay dos vidas en juego. Sea cual fuere su crimen, esos hombres tienen derecho a un
examen llevado a cabo por especialistas con experiencia. La psiquiatría -añadió dirigiéndose
directamente al juez- ha madurado rápidamente en los últimos veinte años. Los tribunales
federales empiezan a actuar ya de acuerdo con esta ciencia cuando se trata