Nancy echaba mucho de menos a su compañera, la única persona con quien no necesitaba
parecer ni valiente ni reservada.
-Pero, bueno, estamos todos tan contentos por mamá..., ya sabes la estupenda noticia. -
Entonces dijo Nancy-: Oye -y se quedó dudando como buscando fuerzas para decir una
enormidad-. ¿Por qué sigo notando olor a tabaco? Te lo aseguro, me parece que estoy
volviéndome loca. Entro en un coche, entro en una habitación y es como si alguien acabara de
fumarse un cigarrillo. Mamá no es, Kenyon no puede ser. Kenyon jamás se atrevería...
Tampoco era probable que fuera ninguna de las visitas que iban a casa de Clutter donde,
con toda intención, no había ni un solo cenicero. Poco a poco, Susan comprendió la alusión:
era absurda y ridícula. Cualesquiera fueran sus preocupaciones personales, no podía creer que
el señor Clutter buscara secreto alivio en el tabaco. No tuvo tiempo para preguntar si era eso
lo que Nancy quería decir porque ésta interrumpió la conversación:
-Perdona, Susie, tengo que dejarte. Acaba de llegar la señora Katz.
Dick iba al volante de un Chevrolet sedán 1949. Al subir, lo primero que hizo Perry fue
comprobar si su guitarra estaba sana y salva en el asiento de atrás; la noche anterior, después
de haber tocado en una fiesta que dieron unos amigos de Dick, se la había olvidado en el
coche. Era una vieja guitarra Gibson, lijada y encerada hasta conseguir un reluciente tono
miel. A su lado, yacía otra clase de instrumento: una escopeta de repetición calibre doce,
nueva, flamante, de cañón azulado y con una escena de caza -una bandada de faisanes
volando- grabada en la culata. Una linterna eléctrica, una cuchilla para escamar pescado, un
par de guantes de piel y una chaqueta de cazador provista de cartuchos, contribuían a dar
ambiente a aquella naturaleza muerta.
-¿Te pones esto? -preguntó Perry, refiriéndose a la chaqueta.
Dick golpeó el parabrisas con los nudillos.
-Pam, pam. Perdone, señor. Estábamos cazando por aquí y nos hemos perdido. Si nos
permite telefonear...
-Sí, señor. Yo comprendo 1 .
-Coser y cantar -dijo Dick-. Estate tranquilo, rico, que quedarán peg