Todo estaba permitido con tal de verse más delgada .
Debajo de las faldas era usual una armadura de alambre y barbas de ballena , para verse más llenita , para que a nadie se le ocurra ni siquiera sospechar que podía tener tisis .
Felizmente la fotografía no estaba inventada , y cada cual se miraba con su ángulo preferido en los espejos de cristal de roca …
Con estos calores había que oler bien .
Más aún , que no se podían bañar sin ropa porque era un pecado verse el cuerpo … y con los soles invernales e infernales de Guayaquil .
Después del baño había que tener precaución de no quedar oliendo a jabón prieto preparado caseramente . Algunos tenían la lavanda recién llegada en los barcos desde París .
En los galeones recién acoderados , llegaban los paños traídos del sur , el oro de las minas de Potosí , los polvos azul añil para pintar las casas ; jarcia , lona y brea para la construcción de barcos .
También bajaban de los barcos cargamentos de piedra de alumbre , era muy apreciada en el mercado .
Los estibadores de piel , espalda desnuda y morena , y sin zapatos , subían a los barcos de exportación , el copé ( nafta o betún ) traído de la Punta de Santa Elena , para calafatear navíos . Aquí costaba seis pesos mientras que
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