invitada . Asimismo , tendré la oportunidad de mostrarle algunas de las obras que componen la historia de nuestra familia . En este punto enfatizó la palabra « familia ». — Le ruego , señor Montovello , que me permita darle cumplida respuesta esta tarde , pues tenemos un viaje previsto y tendría que anularlo . En cualquier caso le agradezco su invitación y con sumo gusto acudiremos a su amable invitación .
Aún tuvieron tiempo de departir unos minutos . Al fin , el señor Montovello se levantó y , sin abandonar su tono más elegante y distinguido , acabó el encuentro .
Así pues , William , les espero el próximo domingo a las diez de la mañana en mi casa . Le agradezco su tiempo y amabilidad . Y a usted , señorita Mónica , por su amable y hermosa presencia .
Mónica se ruborizó . Los modales de aquel hombre le parecían pasados de moda , pero le agradaban .
Les acompañaron hasta la entrada de la galería . El chófer abrió la puerta del Bentley y los dos hombres entraron en el automóvil . Un leve saludo con la mano y el coche arrancó , perdiéndose entre el intenso tráfico .
Mónica y William se sentaron y cruzaron sus miradas ; una sonrisa iluminó el rostro de ambos . ¿ Qué había pasado ? La visita de aquellos hombres les había turbado el ánimo . No entendieron , sin embargo , el papel desempeñado por el abogado acompañante , quien no dijo ni pío . Que un abogado permanezca callado durante una primera entrevista resultaba , cuando menos , un tanto raro . — Dame tu opinión , Mónica ; por favor . — Creo que estamos ante una historia interesante e intuyo que también a las puertas de un bonito negocio . Por otra parte , el misterio se resolverá muy pronto : el domingo . Para ese día tu agenda está libre , y yo no me perdería una visita a la mansión de ese personaje por nada del mundo , y , conociéndote , seguro que tú tampoco .
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