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Es difícil volver la vista atrás y verse a si mismo, aceptar los sentimientos que se han acumulado. Siempre es más fácil aceptar un buen proyecto que me lleve un buen tiempo completar, aceptar algo que requiera de nuestra energía para no tener que pensar en mis problemas. Lo que pasa es que queremos desconectarnos de nuestras emociones.
Cuando alguien nos habla acerca del camino espiritual, siempre tenemos un buen pretexto para aplazarlo; decimos cuando mis hijos crezcan, cuando tenga un empleo seguro, cuando tenga la casa de mis sueños, cuando me jubile, etc. En fin hay una interminable lista de buenas razones para postergar lo realmente importante, nosotros mismos.
Relacionarnos a nivel de corazón con nuestra familia es un primer paso que nos ayudará a abrirnos a un nuevo mundo.
Cambiar nuestros ritmos, nos dará permiso de nutrir nuestra alma. Hacer un alto para apreciar las pequeñas cosas de la vida cambiara la perspectiva en la que nos encontramos.
Hacernos conscientes de las cosas que nos gustan y poner límites en nuestras relaciones, son algunas de las medidas que debemos tomar para poder nutrirnos. Pero el punto más importante es darle poder al corazón.
¿Cómo puedes darle poder al corazón? Escúchalo. Haz un alto en este mismo momento, cierra los ojos, inhala profundamente, como si tuvieras ante ti una hermosa flor y quisieras absorber su aroma, luego exhala lentamente, siéntete, relájate y escucha. Tu corazón tiene algo que decirte… desde que necesitas un masaje hasta hacer un cambio radical en algún aspecto de tu vida.
Escucha… escucha… escucha…
ALICIA HERNÁNDEZ MÉXICO