2 Generaciones Número 6 | Page 26

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DIANA M. TOSCANO MÉXICO

No es lo mismo ver en un muro, un obstáculo que una protección. Todo está en el significado que tienen las cosas en nuestra mente.

Hay en nosotros diversas facetas que se trabajan simultáneamente en este trabajo interno: Conciencia, pensamiento, emoción/sensación, acción y como resultado proyección o presencia (algunos integran en esta parte destino) y éstos se desenvuelven de manera cíclica. Si se logra modificar la mecanicidad de la faceta que predomina en nosotros mediante las herramientas propias de trabajo (o tecnologías espirituales, bioenergéticas o cuánticas)1, se modifica la estructura y logra modificar la trayectoria y los resultados obtenidos. Todo está en poder ver y escuchar lo que nos dice la cotidianeidad de nosotros mismos y conocernos en amplitud y profundidad y conocer nuestro equilibrio perfecto (también crux) según nuestra función o naturaleza de nuestra esencia. Al realizar este proceso de conocimiento diariamente entonces reconoceremos los frutos y podremos determinar que semillas sembrar para el futuro.

Es crítico para nuestro día a día, ver el fruto en la semilla y la semilla en el fruto.

¿Qué frutos saboreas hoy? ¿Puedes reconocer las semillas que plantaste?

Pero más importante aún…

¿Qué frutos deseas paladear mañana? ¿Son esas las semillas que estas sembrando en tu conciencia?

1.- Estas se pueden elegir de acuerdo a la más apropiada para la persona en específico. Hay prácticas más eficientes para unos que para otros, de diversas corrientes y filosofías. Unas más cargadas hacia lo que hoy en día circunscribimos como ciencia, otras más cargadas hacia el misticismo, otras que equilibran ambas visiones. Todas ellas trabajan aspectos específicos de la conciencia. Lo importante es conocer el lenguaje interno que tenemos y su significado, para facilitar la elección de la técnica más adecuada para cada uno en el momento presente del tiempo.

La oración para hablar con el creador, la meditación para escuchar a nuestra alma y la divinidad y la caridad/compartir o instrumentos de para fluir la energía a nosotros y desde nosotros hacia los demás; constituyen los cimientos para toda práctica espiritual.