Un niño de 13 años salta al centro del escenario manipulando bolas de fuego y hace zigzags en la oscuridad. Es uno de los nietos de doña Rosa Isabel.
La voz anuncia el siguiente número… oscuridad… gritos…
Por la entrada principal de la carpa entra un payaso y el espectáculo continúa.
A la par de la maquinita de palomitas de maíz, en el piso, en una cocina eléctrica, se termina de cocer una sopa hecha con menudencias de pollos.
Entre los gritos y la música del circo, doña Rosa Isabel enciende otro cigarro Modern y hace cuentas… la taquilla fue de 600 córdobas. Nada mal para un martes donde no sucedió nada fuera de lo normal.
WILFREDO MIRANDA NICARAGUA
Los artistas se alistan antes de la presentación.
MAURICIO FERNÁNDEZ MÉXICO
Por nuestra mente de inmediato puede llegar que se refiere a nuestro alimento físico, lo que nos nutre y da fortaleza para desarrollar nuestras actividades cotidianas; de qué y cómo nos alimentamos cada día. Aquí cada quien dependiendo su actividad será su alimentación.
Ya lo decía el sabio griego Hipócrates: "Que el alimento sea tu mejor medicina y tu mejor medicina sea tu alimento", pero no es nada más que el alimento físico. Generalmente nos alimentamos de otras cosas y son nuestras preocupaciones y ansiedades que están en la mente.
Vivimos preocupados por llegar a tiempo, por cumplir con el trabajo, por pagar nuestras deudas (casa, renta, tarjetas, coche, alimentación, etc.), sin darnos cuenta de eso nos alimentamos, ése es nuestro alimento diario.
¿Podemos estar sanos con esa manera de vivir, sin enfermar el cuerpo? Éste es el verdadero alimento que recibimos y lo tenemos día a día, sin descansar un solo instante. Es claro que, por eso, este alimento nos tiene enfermos.
La ansiedad que esto nos provoca nos hace vivir con un estrés continuo y el cuerpo tiene una alerta encendida todo el tiempo. Claro que no hay descanso y por ende no podemos ser felices, cuando en realidad creemos que es lo que buscamos en todo momento.
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