2 Generaciones Número 3 | Page 35

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Abril Amable

Mi hijo Mario decidió venir a este complicado mundo, debe haber una gran razón para esto. Mientras tanto nuestra vida se complicó, los gastos se incrementaron, la limpieza de la casa de volvió una tarea imposible, el cansancio y las desveladas me tenían exhausta. Con todo decidí amamantar a Mario año y medio. Seguí estando en los exámenes para que Rebeca entrara a la universidad, en las clases abiertas de Sofía, en la nueva escuelita de Fer, intentando que aprendiera a ir al baño. Sentí como cada uno tenía lo mejor de mí, de mi tiempo. Fui a sus festivales, arreglé todos los vestuarios que necesitaron para todas las obras, conseguí los disfraces más extraños, fui al teatro, a las firmas de boletas, etc. Pero yo sigo deseando crecer también, así como lo hacen ellos. Quiero trabajar, tener mis propios ingresos, y aquí es donde busco ese equilibrio del que hablé al principio….No quiero sacrificar ni mi vida familiar ni mi vida personal en el afán de volver a trabajar, pero también me esforcé mucho en conseguir mis títulos académicos para no ejercer mi carrera. •Este es un dilema personal.

estado con mis hijos lo han valido, con todo lo que esto conlleve.

Comencé a ir a todas las juntas de Rebeca, la mayor. A Sofía la saqué de la guardería y entró a una escuela particular y la comencé a llevar al psicólogo porque tenía muchos problemas de conducta, y mejoró bastante hasta de salud, porque vivía en el hospital. Se enfermaba una y otra vez.

Fui a clases de yoga para embarazadas, y tuve el privilegio de tener a mi hijo Fernando en mi casa. Tuve problemas para cambiar mis hábitos, para acostumbrarme a pasar mucho tiempo cuidando niños, sin poder platicar con otros adultos. Me llegué a sentir sola y frustrada. Poco tiempo después me di cuenta que estaba embarazada de nuevo, a pesar de cualquier operación.

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Imagen: Bustos