2 Generaciones Número 3 | Page 32

32

A todos en la vida nos ha tocado el momento que llegue a nosotros alguien que, con un comentario o palabra, cambie el rumbo de nuestro diario vivir, pero eso, si es que estamos atentos. La mayoría de las veces uno cree que fue una casualidad, pero en el fondo no es así.

En lo profundo de nuestra Alma, a nivel Psíquico, con todas las personas con quien interactuamos, hay algo más que charla ambigua. Tenemos que ver con cada individuo para dar algún mensaje que está determinado. Para tener un comunicado preciso que la otra persona requiere o necesita.

Es por eso que la casualidad no existe. Lo que en verdad es se conoce como CAUSALIDAD. Toda plática tiene un propósito y tenemos que saber porqué estamos con esa persona y para qué, cual es la finalidad; de ahí que si usted platica por platicar, está perdiendo su tiempo, su energía y además el de la otra persona.

Quiero compartir con todos ustedes cual fue una de mis “señales más importantes del camino”. Por el año de 1991 mi hermano Enrique estaba en búsqueda de un camino interior.

Él me platicaba de los lugares a donde asistía, yo le comentaba que tal lugar no me parecía “bueno” o que no estaba bien, pues yo veía las cosas desde afuera y me daba cuenta como lo embaucaban. Por más que me invitaba, yo me reusaba a ir a acompañarlo. Después de algunos tropiezos o decepciones que tuvo, siguió buscando, hasta que un día llegó al INSTITUTO GNÓSTICO DE ANTROPOLOGÍA, A. C.

Cada Conferencia a la que asistía me la compartía y, desde un principio, me pareció muy interesante. Un día me dijo que estaba leyendo un libro cuyo nombre es “LA MUJER DORMIDA DEBE DE DAR A LUZ” de AYOCUAN.

Debo confesar que no era muy asiduo a leer, pues la verdad la lectura no era mi fuerte o en realidad, tenía que leer para estudiar; ya en la primaria, la secundaría, la preparatoria o en la universidad.

Cuando empecé a leer este libro descubrí que, hasta ese momento, no había leído algo que llamara mi atención. De esa manera, puedo decir que encontré una lectura que me apasionara inmensamente. Llegaba a mi casa después de trabajar y, en cuanto me desocupaba, me ponía a continuar con la lectura. El día que terminé el libro decidí asistir a lo que hoy es prioridad en mi vida, la “GNOSIS”.

Causalidad