información “NUEVA”, algo lo ha llevado a pensar que realmente todos los humanos somos responsables de lo que nos pasa y de las condiciones que prevalecen en nuestras vidas.
Las conclusiones a las que me comenta que ha llegado, son las siguientes:
Si la Fuerza, la Energía, eso a lo que llamamos Dios, fuera como lo enseñan la mayoría de las religiones, (no conoce alguna que lo conciba de forma diferente) entonces es un ser que se divierte haciendo sufrir a sus hijos, que no es justo (claro, desde nuestro punto de vista) y además egocéntrico pues nos creó para que lo alabemos y le demos las gracias; así que, si no necesita nada de nosotros, entonces: ¿Para qué nos quiere aquí?
Estamos aquí, porque de alguna manera somos parte de un proceso en el cual debemos aprender a ser capaces de crearnos circunstancias que nos permitan modificar las condiciones en las que vivimos, para que sean placenteras y hacernos responsables de nuestra VIDA.
También se ha dado cuenta de que: El Verbo Crea y, si lo dudamos, nos invita a revisar a personas cercanas a nosotros que siempre están quejándose y veremos qué les acontece de lo que se quejan: les sucede lo que más temen (lo que menos quieras en tu huerto crecerá). Si estamos esperando que algo suceda y no trabajamos en función de ello, no sucederá. ¿Será porque Dios no lo quiso y si sucede es porque sí lo quiso?... de esta manera nos perdemos de ver todo lo que hemos hecho en función de obtener ese logro.
Lo que nos recomienda es:
Primero.- Confiar plenamente en nosotros mismos y estar seguros de que podemos conseguir lo que queremos, trabajando para no frustrarnos si no se logra en el tiempo y forma esperado.
Segundo.- Ser honestos con nosotros mismos, (de esta manera también lo seremos con los demás) evitando crear falsas expectativas y justificaciones que nos permitan seguir siendo tolerantes con nuestras debilidades y pereza, que estorban nuestros logros.
Tercero.- Por último, estar siempre dispuestos a hacer el mejor esfuerzo en cualquier actividad que desempeñemos, de esta manera siempre podremos decir lo que nos gusta y lo que no y seremos capaces de pedir lo que sabemos que nos corresponde, sin tener que recurrir a la violencia o el insulto.
Yo estoy de acuerdo con Julio, pues a lo largo de nuestra relación me he dado cuenta que mientras platicamos podemos arreglar el mundo. El problema está en poner en práctica lo que pensamos y decimos; debemos siempre unir pensamiento y acción, ya que practicando es como se alcanzan las metas y los sueños.
Por esto he dejado de ayudar a Dios y me he puesto a trabajar con mi vida y conmigo, buscando servir de la mejor forma a todo lo que emprendo.
Salud y Paz interior.
Cómo dejar de ayudar a Dios
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