2 Generaciones Número 3 | Page 10

A todas estas experiencias que han marcado mi vida yo les llamo mis cuatro jinetes del apocalipsis, porque han sido el motivo para los cambios más importantes en mi vida; el amor variopinto, la guerra en contra de mi peor enemigo que a veces he resultado ser yo misma, el hambre y sed en cuanto al sentir de mis carencias y falta de infraestructura en mi vida y la enfermedad por disfunciones que yo misma he creado en mí.

Lo que he aprendido es que las experiencias de vida son timones que nos dirigen hacia algún lugar. Unas son agradables y otras dolorosas, pero aferrarse a una o a otra evitan que logremos vivir nuestro presente.

Dicen bien que se puede vivir un mismo día que dure toda la vida,

o toda una vida en un solo día.

Es un trabajo arduo el vivir un día a la vez y enfrentar aquello que se presente durante el mismo. Hay que determinarse a tomar conciencia y responsabilidad, para poder ser capaces de ir creando así cambios en ese día, en cada día. Esta es nuestra oportunidad para que cuando nos vayamos al menos seamos diferentes de cuando llegamos. Por lo pronto podemos comenzar con aprender a vivir en paz con lo que nos toca vivir hoy.

Esta es la historia de uno de nos… Y se trata de un personaje cualquiera, a quién llamaremos Julio.

Julio fue el primer hijo de cuatro de una pareja que, como muchas, deseaba tener hijos. Fue querido, deseado y bienvenido cuando nació; siendo un niño curioso y preguntón (como, creo que son todos) criado junto con sus tres hermanos por la madre, que (como muchas) fue abandonada por el marido poco después de nacer su hermana mas pequeña; sin embargo su infancia fue bastante agradable, a pesar de haber sido objeto de discriminación durante sus años de primaria y secundaria; cooperando esto a que se percatara de que era un niño diferente:

Primero.- Era blanco y de pelo rubio y se crió en un pueblo donde la mayoría era de personas morenas.

Segundo.- Platicando con sus compañeros y amigos, se dio cuenta que era el único que recordaba cosas como el primer día que se paró en la cama, a qué olía su mamá cuando lo amamantaba, lo que soñaba y muchas otras cosas que en ese momento no entendía y lo hacían sentir raro, diferente. Y él quería ser igual que sus compañeros.T

Javier Hoyuela

Diana Toscano

10

Imagen: Eduardo Bustos