2 Generaciones Número 2 | Page 4

Claudia Colin

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Después de que nuestros abuelos se vieron forzados a dejar sus tierras, las minas, su barca de pesca, se nos ha olvidado quién provee nuestro alimento. Todo queda en el supermercado, en el área del congelador, en

las estanterías, en la caja registradora

que nunca para...Nadie sabe ya qué viene del mar. A veces nuestros niños solo lo saben por que lo han visto en algún programa de televisión. No nos enteramos si la manzana que compramos tiene agroquímicos, si es importada, si fue sembrada por niños o por ancianos.

¿Quién sabe hoy la historia de nuestra Tierra?

Las nuevas generaciones aprenden observando nuestra manera de conducirnos en el diario vivir. Nuestras acciones se repetirán al pasar de los años en sus propios hábitos. ¿Qué les estamos enseñando? ¿Qué historia escribirán sus pasos?

Hemos perdido el profundo contacto que nuestros ancestros tenían con su origen.

Sobre todo, hemos perdido la comprensión de nuestra unidad con el resto de los seres que conforman este planeta y por ende el respeto que le debemos.

Puede ser que nuestra ceguera nos haga pensar que realmente no hay algo que podamos hacer al respecto, o peor aún, que nuestra indiferencia nos haga creer que no somos responsables de lo que sucede en el planeta que compartimos. Así, vamos creando generaciones indiferentes, exterminadores perfectos del hábitat. Personas que piensan que no somos un conjunto de seres que comparten un mismo lugar,

sino que somos dueños absolutos de todo lo que nos rodea.

¿Cuándo fue la última vez que pensaste en reutilizar algo antes de tirarlo a la basura? ¿Cuándo fue la última vez que dijiste “no, gracias”

cuando trataban de envolver tu compra en una bolsa de plástico?

¿Cuánta comida que compraste de más, sin darte cuenta, tiras al mes?