Reciclar la Vida
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El hombre actual se caracteriza por ser consumista y esto, aunado a los avances tecnológicos de nuestra época, hace que exista una gran cantidad de materiales de diversa índole que deben ser desechados; así tenemos: pilas para controles remotos de televisores, videocaseteras, juegues y auxiliares auditivos, pero también teléfonos celulares; computadoras; llantas, partes automotrices, fierro, lámina, papel, plásticos, muchos de los cuales son de difícil reciclaje y atentan por lo tanto contra la ecología del planeta.
Los gobiernos de los distintos países se esfuerzan por tener un medio ambiente lo más sano posible en cuanto a contaminación y realizan erogaciones muy altas para lograrlo, amén de que a nivel mundial existen muchos organismos preocupados por colaborar para tener un medio ambiente que evite el deterioro de la ecología.
Como consecuencia del calentamiento global, hoy más que nunca se están buscando soluciones para evitar mayores consecuencias negativas que repercuten no sólo en la atmósfera, sino en las reservas boscosas, en las aguas, en la aridez de la tierra, la extinción de muchas especies de animales, el derretimiento de los icebergs y todo ello mediante leyes protectoras del ambiente y grupos de ONG dispuestos a insistir en ser escuchados y promover la conservación de la naturaleza mediante acciones conjuntas que nos unan a todos, por que todos nos veremos beneficiados igualmente.
Sin embargo, aunque este problema mundial es importante resolverlo, creo que existe otro tipo de reciclaje que tiene una importancia trascendental. Me refiero al reciclaje de la vida. En el planeta Tierra somos ya siete mil millones de habitantes y esto es una cifra exorbitante. Cada año existen en el mundo muchos accidentes y enfermedades que hacen que fallezcan un gran número de seres humanos, los cuales podrían salvarse en muchos casos, si existiera la cultura de la donación de órganos.