MÉXICO
Cuando lográbamos contactarnos con Sergio nos contestaba con monosílabos y no parecía que nos escuchara, hasta que la familia nos comentó que lo que más les dolía eran los comentarios de los supuestos “amigos”, que cada día eran menos, de “échale ganas, no te dejes abatir”, “es puro cuento lo tuyo”, “ya sacúdete esa pereza”, y así sucesivamente, que son clichés que siempre utilizamos cuando no tenemos como consolar o ayudar de otra manera a la persona en desgracia.
Para bendición de todos surgió el Dr. Salinas Ruiz, quien desde el primer día se avocó a estudiar las causas que llevaron a Sergio a este estado, dándole terapias primero dos veces por semana, después una vez por semana, y así sucesivamente hasta que nuestro amiguito pudo asistir por sí mismo a sus consultas y terapias, desde luego con el respaldo incondicional de sus seres queridos.
Actualmente Sergio es un exitoso profesional que ha formado una bellísima familia de grandes valores morales, que ha logrado darse cuenta de que el poder de recuperación lo tiene Él. Solamente necesitaba de una guía que le dijera cómo y qué hacer para salir de tan penoso estado, por increíble que parezca, Sergio en medio de la niebla de su mente logró asirse a esa mano y esa voz que le querían ayudar, y así empezó con su tratamiento y a tomar las medicinas necesarias para su curación. No fue fácil, fue una lucha de un guerrero que se empeñó en salir victorioso de esa batalla pues estaba de por medio su vida.
Existen todo tipo de héroes, pero quien lucha por su vida con toda su Fe, con todo su Ser y con toda la voluntad que Dios le permitió, es digno, no de reconocimiento, sino de admiración y respeto.
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