Juan Colin Salazar
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Ahora bien, dicen que prometer no empobrece, por lo tanto, debemos estar atentos a que las promesas de campaña se vuelvan realidad. Nadie está obligado a abrir la boca para prometer tal o cual cosa, pero si lo hacen deben saber que habrán de cumplir.
El político que quiera transcender no debe hablar con la boca si no con un alto sentido de compromiso con el pueblo que lo elige. Si sus palabras se traducen en hechos tangibles , los ciudadanos se lo premiarán y será reconocido. En caso contrario será uno mas de los muchos pillos que ha pasado por los puestos públicos desfalcando las arcas de la tesorería y viviendo una existencia de vergüenza, incluso cuando las autoridades competentes hagan la vista gorda para no fincarle responsabilidades.
Como mexicano estoy harto de conocer tantas historias de políticos enriquecidos de la noche a la mañana sin que exista alguien capaz de frenar tanto abuso. Es hora de que los que contribuimos con nuestros impuestos a la buena marcha del país, exijamos a los mismos los resultados convenientes y no esperemos que ellos cambien. Somos nosotros los que debemos cambiar exigiendo el cumplimiento de sus promesas, porque si no, seguiremos igual y seremos cómplices de sus fechorías.