•Tiene una estructura muy rígida, posicional.
•Se lee como se escribe, aunque sus sonidos o fonemas no sean exactamente iguales que los españoles.
•Presenta una gran facilidad para formar palabras compuestas, uniendo palabras más simples. Por ejemplo, "Tisch" significa mesa y "Nacht", noche: la palabra compuesta "Nachttisch" es mesita de noche. Al contrario que en español, no se necesitaría el uso de una preposición. La adición de palabras, por otra parte, no significa necesariamente la adición de significados.
Sus desventajas (en el aprendizaje como "segunda" lengua):
•Es imprescindible aprender con cada palabra su género y su forma idiosincrática de plural. No obstante, existen reglas que ayudan a saber determinar el género de muchas palabras o el número, si bien hay una gran cantidad de sufijos que determinan la afiliación a un género u otro, p. ej. -keit, -heit, -ung son femeninos, -er, -ig son masculinos y -chen, -lein son neutros.
•El uso de la declinación es importante en alemán. En español queda sólo un residuo, como las diferentes formas de los pronombres personales según la función sintáctica que representen (yo, me, mí, conmigo; tú, te, ti, contigo).
morfología
Gramática del alemán
El alemán es una lengua flexiva. La inflexión no sólo afecta al final de la palabra, sino también a su raíz, lo cual hace la declinación y la conjugación algo más compleja. Comparado con el inglés, tiene una estructura morfológica más intrincada a causa de la flexión nominal y la conjugación verbal, si bien su estructura gramatical no es realmente mucho más compleja que de la mayoría de lenguas indoeuropeas con flexión nominal y verbal.
Sus ventajas, a la hora del aprendizaje, son:
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