07 TÍTERES EMBLÉMATICOS | Page 24

Es probable que los mexicanos adoptaran selectivamente la información higiénica como ellos creían que les podía ser útil en sus propias vidas y que conservaran sus ideas acerca de la higiene personal y el bienestar individual en formas que se enfrentaban abiertamente a las visiones de los reformadores de cómo mejorar la salud de la nación. 100 Es posible también que esas políticas y su retórica no hayan tenido el éxito deseado, es decir, que los hábitos, costumbres y prácticas divergieran de los discursos y teorías materialistas históricas o higiénicas. Quizá los “grupos populares fueran adoptando un lenguaje propio de la educación y la propaganda en materia de higiene, haciendo uso de esos argumentos para intentar favorecer sus propios intereses”.101 También pudo haber sucedido que existiera “una frontera muy tenue entre la persuasión y la coerción en las campañas de salud pública, despertando a menudo la desconfianza y la resistencia de la ciudadanía”.102 Hacen falta muchos otros estudios para advertir si el mensaje del trabajo y la higiene como redentores sociales fue captado por los niños y si estos marcaron su vida adulta, pero es indudable que fueron grabados por los muñecos guiñol. “El impacto visual del teatro guiñol en los niños es, pues, un recuerdo que se guarda en la memoria; forma parte de la historia personal”, destacó una mujer que durante su infancia había asistido a las funciones. 103 Los niños extrañaban a Comino, a Firuleque y a Periquillo cuando estos tomaban el autobús de regreso y se alejaban de las poblaciones. Al “Querido Cominito” le escribían cartas en las que le decían: “pronto te esperamos para aplaudirte mucho”, “deseamos que vuelvas pronto y que nos contestes las cartas”, “ya te queremos ver. Hace mucho que no vienes,¿qué no nos quieres? Nosotros sí te queremos, mucho”.104 Los niños también le dedicaron poemas. “Durante una de sus giras por minúsculos pueblos semi-ignorados del Estado de Tamaulipas, el Grupo Comino fue objeto del homenaje de los jóvenes poetas campesinos —de 9 a 13 años—, quienes dedicaron al popularísimo muñeco versos de una frescura y de una imaginación invaluable”.105 Cominito yo te quiero; Cominito encantador, No te vayas tan solito Cominito de mi amor. (Mauro Lucio) Cominito no te vayas, Yo quiero que estés aquí para que des tus funciones Y reí &