Es probable que los mexicanos adoptaran selectivamente la información higiénica como ellos creían que les podía ser
útil en sus propias vidas y que conservaran sus ideas acerca de la higiene personal y el bienestar individual en formas
que se enfrentaban abiertamente a las visiones de los reformadores de cómo mejorar la salud de la nación. 100 Es posible
también que esas políticas y su retórica no hayan tenido el éxito deseado, es decir, que los hábitos, costumbres y
prácticas divergieran de los discursos y teorías materialistas históricas o higiénicas. Quizá los “grupos populares fueran
adoptando un lenguaje propio de la educación y la propaganda en materia de higiene, haciendo uso de esos argumentos
para intentar favorecer sus propios intereses”.101 También pudo haber sucedido que existiera “una frontera muy tenue
entre la persuasión y la coerción en las campañas de salud pública, despertando a menudo la desconfianza y la
resistencia de la ciudadanía”.102
Hacen falta muchos otros estudios para advertir si el mensaje del trabajo y la higiene como redentores sociales fue
captado por los niños y si estos marcaron su vida adulta, pero es indudable que fueron grabados por los muñecos guiñol.
“El impacto visual del teatro guiñol en los niños es, pues, un recuerdo que se guarda en la memoria; forma parte de la
historia personal”, destacó una mujer que durante su infancia había asistido a las funciones. 103 Los niños extrañaban a
Comino, a Firuleque y a Periquillo cuando estos tomaban el autobús de regreso y se alejaban de las poblaciones.
Al “Querido Cominito” le escribían cartas en las que le decían: “pronto te esperamos para aplaudirte mucho”,
“deseamos que vuelvas pronto y que nos contestes las cartas”, “ya te queremos ver. Hace mucho que no vienes,¿qué no
nos quieres? Nosotros sí te queremos, mucho”.104 Los niños también le dedicaron poemas. “Durante una de sus giras por
minúsculos pueblos semi-ignorados del Estado de Tamaulipas, el Grupo Comino fue objeto del homenaje de los jóvenes
poetas campesinos —de 9 a 13 años—, quienes dedicaron al popularísimo muñeco versos de una frescura y de una
imaginación invaluable”.105
Cominito yo te quiero;
Cominito encantador,
No te vayas tan solito
Cominito de mi amor.
(Mauro Lucio)
Cominito no te vayas,
Yo quiero que estés aquí
para que des tus funciones
Y reí &