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Militarmente, Von Richthofen justificó el ataque a Gernika por ser un nudo de comunicaciones clave en la defensa de Bilbao. Aparentemente, el objetivo era cortar las carreteras destruyendo el puente de Rentería. Ese lugar, a pesar de que el bombardeo duró tres horas y los aviones atacantes se contaron por docenas después de la primera pasada del ‘infalible’ Von Moreau, resultó intacto. “Todo lo que se mueva en esas carreteras o en ese puente ha de suponerse relacionado con el enemigo y, en consecuencia, ha de sufrir el bombardeo”, argumentó el alto mando militar. “Así es la guerra”, asumió sin más Hans Asmus, ayudante en 1937 de Von Richthofen en San Prudencio.

Von Richthofen se levantó pronto el 26 de abril. A las 6.00 horas. Repasó en la propia cámara del hotel un informe confidencial titulado ‘Disponibilidades de aparatos’ y partió al  campo de aviación de Vitoria, base principal de la Legión Cóndor y hoy enterrado bajo un barrio moderno de VPO y parques, Salburua. Allí esperaba el piloto Hans Joachim Wandel, que tras la fiesta nocturna no pudo dormir y quiso hacer “un vuelo de prácticas” para probar las ametralladoras de su aparato. Lo hizo sobre un río cerca de Elburgo. Wandel contaría después su “emoción” por volar y por formar parte de la leyenda (negra) de la Legión Cóndor. Opinaba también que pilotar era lo mejor contra la resaca y cómo sus superiores le dijeron que a los aviones había que tratarlos “como a una mujer”, con “amor y cuidado”.

"EL ATAQUE ESTÁ EN MARCHA". Las piruetas de Wandel no formaban parte de la operación. Sí, en cambio, unos primeros vuelos de reconocimiento que tenían un doble fin: fotografiar el objetivo para conocer la situación de las tropas enemigas y hacer un pronóstico meteorológico de cara a la tarde. El día, de cielos despejados y sin viento, era magnífico tácticamente. Lo mismo que en Vitoria, en la base alemana de Burgos también se aprovechaba la mañana para preparar los aparatos. No hay muchos detalles sobre qué ocurrió a mediodía, pero el diario de Von Richthofen revela una reunión secreta con Vigón en la que sólo estuvieron acompañados por las fotografías tomadas desde el aire esa misma mañana.

Cuando Von Richthofen regresó al hotel Frontón anunció a su equipo un lacónico: “El ataque está en marcha”. La orden se telegrafió a Burgos desde San Prudencio. Él y su ayudante Asmus salieron en coche hasta el monte Oiz para seguir en primera persona desde algún mirador lo que iba a ocurrir. Las cifras del contingente empleado contra Gernika varían en función de las fuentes.

1937

En abril de ese año se produjo el bombardeo de Gernika

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