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FIGHTING BASQUES

junio de 1937, la unidad perdió protagonismo entre las fuerzas que se retiraban en desbandada hacia Santander, donde se reorganizaría, no sin antes sufrir nuevas deserciones y la pérdida de parte de sus valiosas ametralladoras, que fueron arrojadas al mar a la altura de Kobaron (Muskiz), como relató a su nieto el soldado Esteban Zabala Larrea (8), pero se establecieron definitivamente en el frente de Karrantza-Trucíos a primeros de julio. Es obvio recalcar que el Garellano no desaparece, quedando Barcaiztegui habilitado a comandante intendente y siendo sustituido ocasionalmente en las gestiones administrativas por el alférez Carmelo Barrutia.

En la documentación consultada en el Archivo Histórico de Euskadi (AHE) Lámbarri aparece firmando los documentos de la unidad, si bien acabaría difuminándose en los últimos días del Santander republicano y pasándose al enemigo. En aquel momento la fuerza de la que disponía era de unos 200 hombres, manteniendo siempre los efectivos de dos compañías, pero no aparecen en el organigrama de las brigadas y divisiones vascas que hemos podido consultar. La plana mayor del batallón se estableció en Limpias. Cuando comenzó la ofensiva rebelde contra Santander, el Garellano se retiró de Karrantza para evitar el copo e intentar llegar a Asturias, si bien solo pudo alcanzar, no sin grandes dificultades, la capital de la Montaña.

Allí se enfrentaron a los carros Fiat Ansaldo italianos cuyas tripulaciones ya se veían exultantes, teniendo al alcance de su mano la tan ansiada victoria que Mussolini buscaba desde que sus tropas llegaron a España. Lo relata a Historia y Vida Siro Ibáñez Astozaldi, que fuese teniente ayudante del batallón:

El 22 de agosto de 1937 formé parte de una columna que partió de Carranza (Vizcaya) y alcanzó Santander en una memorable marcha en orden de combate, en territorio ocupado por los italianos, sin perder el contacto con ellos en ningún momento y parándoles en seco en los alrededores de Santander, donde establecimos posiciones —se impuso el orden en Santander a todo el mundo. Un intento de alterarlo por la llamada Quinta Columna quedó cortado de raíz-. Un ataque con carros ligeros que emprendieron los italianos el 25 se resolvió con un contraataque fulminante por nuestra parte dejando en el campo (los italianos) muertos, heridos y se les hicieron prisioneros (9).