Barcelona, quien estudia las propiedades reológicas de la
sangre, incluyendo aquella parasitada por malaria, para
desarrollar sistemas de diagnóstico.
«Debido a las limitaciones éticas y tecnológicas de estudiar el
bazo humano, conocido como la ‘caja negra’ de la cavidad
abdominal, ha habido muy pocos avances en su estudio»,
explica Hernando A. del Portillo, del Centro de Investigación
en Salud Internacional de Barcelona. Su equipo y el de Josep
Samitier, del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC)
trabajan conjuntamente para simplificar el estudio de este
órgano mediante los sistemas ‘órganos en un chip’. Es un
dispositivo que recrea a microescala las propiedades físicas del
órgano como si fuera un bazo real. El sistema fluídico del bazo
es muy complejo y se ha adaptado evolutivamente para filtrar
y destruir selectivamente glóbulos rojos viejos,
microorganismos y glóbulos rojos parasitados por malaria. Se
ha conseguido simular este difícil entramado a través de un
canal lento y otro rápido diseñados para dividir el flujo.
Dentro del chip, la sangre circula por el canal lento a través de
una matriz de capilares que se parecen al ambiente real donde
el porcentaje de glóbulos rojos aumenta y la sangre defectuosa
se elimina.
En el siguiente video, Josep Samitier y Hernando A. Del
Portillo explican su investigación:
Gracias a los grupos de investigación multidisciplinares,
donde trabajan físicos, biólogos, químicos, ingenieros
electrónicos y farmacéuticos como el grupo de Josep Samitier
en el IBEC o el de Geraldine Hamilton en el Instituto Wyss se
han creado estos dispositivos microscópicos que en su interior
contienen células vivas en un ambiente dinámico y
interactuan con otros tipos de células. En estos pequeños
chips se intenta recrear la unidad funcional más pequeña que