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Oliva, Cba. 2019
Existen dos tipos de compromisos:
El compromiso con los estudiantes: está basado en lo que le falta, se identifica lo faltante y luego se procede. Se parte de constatar la carencia afectiva, luego si todo parece faltar, la educación se transforma en tierra propicia para un ejército de dadores de todo.
La dificultad que emerge cuando colocamos en el centro de la cuestión educativa a los niños es que para ejercer el oficio es imprescindible conocer al destinatario. El que quiere comprometerse tiene que saber lo suficiente sobre el otro de la educación.
El compromiso es con el contexto: Un docente comprometido es quien distingue y diferencia contextos. Se compromete quien es capaz de identificar las necesidades y demandas del contexto social.
La centralidad del contexto abre las puertas del campo pedagógico a especialistas y visitantes de toda estirpe, siempre y cuando sean comprometidos.
Existe otro compromiso docente, que hace referencia a la transmisión, con la obra y el oficio.
El mismo alude a que la enseñanza no es sin compromiso y la formación precisa instalar en el centro de su ideario la idea del mismo. El compromiso del que enseña es con la transmisión, con la enseñanza, con el oficio y con la obra.
Cada docente eligió enseñar cosas a otros, por lo tanto no deben olvidarse de ese detalle. Esa es la particularidad del oficio, eso es lo que lo hace distinto de otros. Todo el mundo tiene cosas que enseñar, pero no todos hacen de eso un oficio.
No se puede no enseñar, no puede no haber transmisión, no somos amos de lo que enseñamos, no sabemos a priori a dónde va una enseñanza.
Es por una razón que en el centro de la cuestión educativa lo más importante son los adultos, los profesores y sus obras.
Entender el compromiso de la perspectiva del oficio es focalizarse en la manera en que se hace el trabajo, los procedimientos que lo hacen posible y el producto del trabajo. El producto del trabajo docente como una obra y como un trayecto.
Otra manera de entender el compromiso docente, es entenderlo como ligado a la gratificación y al reconocimiento que produce la realización. Pero la gratificación puede obtenerse más allá del reconocimiento, es el gesto mismo que se lleva a cabo lo que gratifica, porque un docente enseña más allá de todo.
COMPROMISO
DOCENTE...
Educar es hacer algo con el otro. La educación pretende producir, modificar y transformar personas. No es sin un otro, porque el docente debe comprometerse a hacer con los otros: hacer las cosas por el otro, para el otro y contra los otros.
"Educar es ser modelo, no es sólo cumplir con lo mínimo. Es ser responsable y transmitir esa responsabilidad como compromiso"