ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 7 | Page 10

Agradecimientos Un proyecto colaborativo, como es este número de Zouk, no es posible sin la colaboración de mucha gente. Mucha más, en realidad, que la que firma recetas, nos ha cedido imágenes o aparece nombrada al pie de los textos. Vaya, para todos ellos y muy especialmente para Manolo Manosalbas por las horas dedicadas a la fotografía de portada, el agradecimiento de todo el equipo de Zouk. Tenemos que agradecer también la colaboración de Estíbaliz Redondo, de Mar Milá, de Gemma Urquijo, de Ivana Boeri, de Sergio Gallego y todos los que nos habéis ayudado de una manera o de otra. Y, cómo no, un agradecimiento especial todos los taberneros, sumilleres y responsables de sala que nos han aguantado a lo largo de nuestra intensa relación con los vinos de Jerez en Sevilla, El Puerto, Sanlucar, Jerez, Camas, Santiago, Barizo, Barcelona, Medina del Campo, Córdoba, Vigo, A Coruña, Marbella, Utrera, San Sebastián y tantos otros sitios y a los que sólo podemos pedirles una cosa más: un poco de paciencia, porque esto sólo ha sido el principio. JORGE GUITIÁN da), un gazapo guisado con habitas tiernas en la Venta La Duquesa (Medina Sidonia) o unas bocas de la isla en La Marea (Jerez) es aprender de una manera definitiva. Hacerlo mientras Pepe, que es un guasón, busca provocar tu curiosidad, mosquearte, que lances la siguiente pregunta, la que le dé pié a proponer otra copa, otra charla y otra nueva tanda de cuestiones es entrar en el mundo de Jerez por la puerta grande. Así que, del mismo modo que nosotros nos pasmamos al visitar las naves de bodegas históricas o al probar ese mítico Trafalgar que desde 1805 conservan en González Byass, hemos querido aportar nuestro impulso al conocimiento de estos vinos históricos y hacerlo, además, de la mano de alguien que entiende que un vino, por grande que sea, no es nada sin su territorio, sin su cultura y sin la charla de quienes lo conocen y lo disfrutan. Esta conversación, esbozada entre Sevilla, Camas, Santiago de Compostela y la Costa da Morte es, por lo tanto, el resumen de tantas otras. Un ejercicio incompleto porque tendríamos que llevarla a cabo, con quienes lean este texto, de venta en venta, callejeando el casco antiguo de El Puerto, poniendo los pies en los viñedos, asomándonos a Doñana desde el otro lado del río y bebiéndonos esa cultura centenaria. Nos resulta imposible, aunque nos encantaría. Pero es fácil que, mientras buscamos la manera de hacerlo posible, me veáis más