ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 3 | Page 11
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con nuestro gusto presente por lo exótico. O
bien, quizás, uno de los mayores logros institucionales relacionados con el mundillo,
antes de la Bullipedia: la Oficina del Huevo
(Oficina de l’Ou) que el Comisariado de Propaganda de la Generalitat instaló en el 508
de la Diagonal. Aunque pueda parecer un símil de aquel famoso Ministerio de Asuntos
Superfluos de Luis XIV, la Oficina del Huevo
diseñó una campaña de indudable valor estético que ríete tú de los cacareados productos
orgánicos y de proximidad, con el objetivo
de que cada familia pudiera autoabastecerse
de huevos y no tener que recurrir a creativas
recetas a base de harina y agua para hacer
una triste tortilla. Es más, hasta recomendaba qué especies de gallinas eran más productivas. A saber: del Prat blanca, Penedesenca,
Aperdiuada, Rhode Island negra y Leghorn
blanca, en un alarde de selección racial muy
acorde con los tiempos de Mengele y muy en
consonancia con el proselitismo de la recu-
EN 1937 ERA MUY HABITUAL
VER A MERCÈ RODOREDA Y SUS
AMIGAS CUAL DOROTHY PARKER
BRUNCHEANDO EN ALGONQUIN
peración de los bichos autóctonos. La Batalla del Huevo resultó un fracaso estrepitoso
dado que la población acabó comiéndose el
pienso de las gallinas, pero la idea no era mala si tenemos en cuenta que pocos años después, como relata el Doctor Trueta, el gobierno británico puso en marcha una operación
similar durante la resistencia londinense de
la Segunda Guerra Mundial. Con el sabido
éxito en esa ocasión. Una vez más fuimos
banco de pruebas como con los bombardeos
de la Aviazione Legionaria sobre Barcelona; lo justo sería recordar a Churchill con un
“Sangre, sudor, lágrimas y huevos”.
En fin, que lo que el devenir histórico no
pudo por falta de tiempo —transgredir un
poco la tradición— lo pudo el hambre y las
ganas de comer. Piensen en ello cuando
vean unos calamares sin calamar en el garito
de turno, que los trampantojos los llevamos
en la sangre casi sin querer. Y que cuarenta
años no son nada.