El gorgojo es artrópodo que no pertenece
a
ninguna
de
las
clases
de
insectos
mencionadas anteriormente, al alimentarse
de frutos naturales como granos de cultivos,
es considerado una plaga. El Sitophilus
Granarius, que se caracteriza por sobrevivir
en casi cualquier ecosistema con su fuerte
exoesqueleto, puede generar un desbalance
biológico al destruir plantaciones enteras. Por
suerte, existe la tercera clase de artrópodos,
los biocontroladores. Estos se encargan de
controlar la población de todos los otros
artrópodos en el ecosistema y así evitar un
desbalance como el que puede causar una
sobrepoblación de gorgojos. Spiderman es un
conocido superhéroe por luchar contra los
villanos que azotan a su ciudad. Lo irónico
es que la araña juega el mismo papel en el
ecosistema, es una superheroína que devora a
los villanos biológicos. La Araneus, conocida
por sus ocho patas, es importante para mantener
las cadenas alimenticias de un ecosistema.
Usando una obra maestra biológica como lo
son las telarañas geométricas, atrapan a sus
presas para devorarlas más tarde. Igualmente,
el Lithobiidae, conocido por nosotros como
ciempiés, cumple el rol de biocontrolador
en el ecosistema. Este artrópodo usa su
potente veneno para inmovilizar a su presa.
Acto seguido la tritura y se la consume. Los
ciempiés son ágiles gracias a sus quince patas
y dependiendo de su especie pueden llegar a
alimentarse de reptiles y anfibios, escalando
en la pirámide alimenticia. Es común usar la
expresión ‘atacar la raíz de un problema’, pues las
tijeretas ilustran perfectamente el significado
de esta expresión. La tijereta de alimenta de los
huevos de distintos artrópodos (incluyendo
a las plagas). De esta manera, impiden que
nazcan y disminuye la esperanza de vida de
dicha especie. Además la Forficulidae recibe su
apodo gracias a la terminación de su abdomen
en forma de tijera. Estos tres biocontroladores
tiene bastantes cosas en común y así mismo
aspectos que crean contraste. Primero que
todo, todos prefieren un clima húmedo y con
plantas ya que ahí encontrarán a sus presas.
También todos poseen un número considerable
de patas que les dan movilidad y agilidad a
la hora de cazar y básicamente, de moverse.
Finalmente, la manera en que cumplen su rol
es particular para cada especie. Desde comer
los huevos de la especie a envenenar y triturar
a su presa, pasando por atraparlos en telarañas,
los biocontroladores, gracias a sus únicas
adaptaciones, logran mantener un equilibrio
poblacional indispensable para el ecosistema.
Después de analizar las labores de los
polinizadores, abonadores y biocontroladores
en base a ejemplos encontrados en Zasqua
se pueden llegar a distintas resoluciones. Lo
primero a resaltar es la forma en que cada
uno de estos artrópodos cumplen su función.
¡De forma desinteresada! Cada uno lo hace
para satisfacer la necesidad básica de vivir
con alimento y un entorno saludable. Los
polinizadores polinizan al alimentarse de néctar,
los abonadores descomponen los residuos que
consumen y de esta manera abonan la tierra y
los biocontroladores simplemente se alimentan
de otros artrópodos y así limitan su población.
También están adaptados de una manera que
su morfología les permita realizar su labor de
forma práctica y eficiente. Básicamente, el tipo
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