Zaguán Literario Zaguán Literario 05 | Page 9

tomaba fotografías, por lo que decidí dispersarnos y vernos en mi domicilio. Fui la primera en llegar al punto de reunión y me postré en la ventana para avisar a los compañeros; así fueron llegando hasta que en contra esquina al edifico se estacionó el mismo vehículo que previamente nos había seguido y de él descendieron cuatro personas. Nos sentíamos protegidos dentro de la casa, pero faltaba en llegar Manuel, uno de los organizadores. Marqué a su aparato móvil, pero no respondió. Manuel llegó, lo abordaron los esbirros y lo encañonaron en el rostro. Él no opuso resistencia, lo montaron en el automóvil y se lo llevaron. No supimos durante semanas qué había pasado con él hasta que un vecino suyo nos llamó para decirnos que en su departamento emanaba un olor nauseabundo, fuimos a averiguar y lo encontramos ahorcado. Si regresara al país, yo seguiría participando en el movimiento, porque no se puede ser indiferente. Rafael Acosta, restaurantero. 9