La dependencia a los nuevos medios que nos hacen tan inútiles es sin duda uno de los productos más acabados de la globalización, porque son justamente las redes sociales, los buscadores de internet, la comodidad de las tiendas en línea lo que nos obliga a cargar con por lo menos un teléfono inteligente que sea nuestra ventana a un mundo que ni bien entendemos pero del que nos urge ser partícipes. ¿ No es demasiado el costo que estamos pagando por ser parte del sistema-mundo?
“ Vinieron en unos barcos con baratijas del mundo viejo, hace ya quinientos años sufrió la vida un gran desprecio; la vida allá en Europa es muy dorada, a mí me contaron; todo ese brillo robado es puro oro americano … cuídate pirata Colón, que ya se despierta la raza del sol …”, dice una canción que al final refleja los paralelismos que se exponen en este texto: un día fueron españoles con armas y caballos, hoy son grandes empresas tecnológicas que nos venden“ espejitos”, productos cuyo costo de producción es ínfimo comparado con el precio en el aparador.
Lo que un día fue violencia para dominarnos hoy resulta convencimiento para inutilizarnos, para nulificar nuestra capacidad de raciocinio y pensamiento. Decía el filósofo alemán Herbert Marcuse:“ Norteamérica se encargó de convencernos de que viven en el mejor de los mundos”.
Solo han cambiado los nombres de las potencias, pero habremos de aceptar que seguimos siendo un pueblo violentado por las constantes imposiciones culturales a las que usualmente somos sometidos.
ENSAYO
MIGUEL ALEJANDRO RIVERA Licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM, donde también es profesor, y maestrante en Periodismo Político por la EPCSG. Ha publicado las novelas“ Peor es nada”( Fridaura, 2014),“ Ella no sabía nada de Bakunin”( Fridaura, 2016) y“ El amor no es suficiente”( Endira, 2018). Además es colaborador del diario El Día, el portal homozapping. com. mx y de la revista“ Asamblea” de la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México.
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