UN TOQUE
DE PECADO
por Antonio García
De China, y de oriente en general parece que poco o nada conocemos en occidente.
Fuera de los eternos clichés bien o mal intencionados sabemos que la comida es variada, su economía está en ascenso y pronto podrían desbancar a los Estados Unidos. Lo
cierto es que allá viven más de mil trescientos millones de habitantes y es, de hecho,
una república popular socialista con economía de mercado.
Puede ser que en algún momento nos hayamos preguntado cómo es que un sistema
socioeconómico tan ambiguo puede funcionarle a tanta gente y, aun así, sostener el
poderío que ostenta en oriente.
Zhangke Jia presenta una visión mucho más visceral y realista del país oriental, contando cuatro historias inspiradas en hechos que realmente sucedieron y dieron la vuelta
en los medios de todo el país. La rebelión de un minero harto de las injusticias contra
los trabajadores, un pistolero que se involucra en robo y asesinato, una empleada de un
spa que, desesperada por su situación, no tolera más abusos y el calvario de un joven
obrero que va de trabajo en trabajo tratando de mejorar su situación.
Estas cuatro historias le sirven al director para desentramar la situación social que se
vive en China, donde el crecimiento económico sólo ha acentuado la desigualdad social: corrupción, miseria y la supresión de los derechos de los trabajadores son cosas
comunes en el sistema actual.
El director otorga una cinta muy estilizada y con un particular estilo al presentar las
secuencias climáticas, sin embargo, aunque por definición es una película de acción
y crimen no se puede esperar una Pulp Fiction oriental. Un Toque de Pecado es cruda,
brutal, violenta y no otorga concesiones a sus personajes y al público. Por el contrario,
presenta una realidad plagada de sangre y metáforas que impactan la pantalla con la
misma inclemencia que la sangre que brota.
Ganadora del premio a mejor guión en el festival de Cannes, tal vez no sorprenda por
la agilidad del libreto, pero sí por las exquisitas secuencias de acción y violencia que el
director pone justo ahí para poder entender una realidad que, de no haberla presentado así, seguiríamos creyendo algo muy diferente de la República Popular de China.
Zhangke Jia, Un Toque de Pecado (Tian Zhu Ding), 2014.
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