War Airsoft Magazine - Versión Digital Edición 2 | Page 20

Éste es su testimonio. Nos dijeron que no fuéramos a ninguna parte, porque íbamos a salir ese mismo día para Francia, a Omaha Beach. Fuimos en estas lanchas, íbamos ochenta en una lancha. Pero en Omaha Beach, estas lanchas no llegaban a la orilla del mar, llegaban como a una milla (1,6 km), nos dijeron que nos bajáramos. Brincamos, y el agua nos pegaba a la cintura. Oía yo las balas que zumbaban a los costados. Había como una milla, con el agua a la cintura, había matorrales que creaban una barrera natural como de un metro y medio de altura. Vi los cuerpos de soldados nuestros. Otros estaban nadando en el agua. Pero yo alcé mi rifle para arriba, a mí no me importaba que me mojara yo, pero el rifle no se mojó. Y dije yo entre mis pensamientos ‘si Dios me da la vida y salud para llegar a esos matorrales’... Yo me decía que si llegaba a los matorrales, ya no era más peligroso. Caminamos toda la noche, todo el día, casi 25 millas. Había muchos enemigos. Caminamos hasta que cayó la noche y nos dijeron que hiciéramos trincheras individuales. Yo oía al enemigo hablar, ellos estaban como a dos matorrales de nosotros. Cuando nos levantamos en la mañana, caminamos todo el día, y todo el día estuvimos peleando con el enemigo. Avanzamos muy cerca de 15 millas. Y llegamos a este lugar, Saint Lo. Agarrábamos la placita de Saint Lo y luego nos la quitaban. Ahí estuvimos como cinco días peleando. Si Dios me da la vida y “ salud para llegar a esos matorrales ” Y vino el general y nos dijo, “agarren a los paracaidistas”. Y le dijeron que no había, que todos estaban en África. Y dijo, “pues agarren voluntarios”. Y yo me presenté como voluntario. La idea era que nos soltaran en el aeroplano detrás del enemigo. Me decían mis amigos que me iba a matar en el aire. Pero yo lo que quería era saber cómo saltar de un aeroplano.