Volar es como morir, todos podemos imaginar que podriamos sentir, pero tan solo un verdadero volador es capaz de saber que es lo que se siente.
Yo no decidí ser un volador, no decidí ser un aventurero, ni vivir en constante tristeza y añoranza, pasar por menosprecios, alegrias, lagrimas, navidades solitarias, conocer nuevas personas y vivir para volar. Pero sin duda alguna, solo tengo una cosa clara y es que nuncá dejaré de ser un volador.