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OPINIÓN
El laberinto del voto
mexicano desde el exterior
Carlos Arango.
Columnista
•Fundador Movimiento Mexicano 2018
[email protected]
U
no de los temas de gran
importancia para la demo-
cracia mexicana ha sido el
sufragio de los mexicanos el ex-
terior. El origen de la lucha por el
derecho a votar y ser votados en
las elecciones mexicanas puede
rastrearse hasta 1929, cuando
unos simpatizantes de José Vas-
concelos en Kansas, pidieron votar
en las elecciones mexicanas desde
el exterior.
VISIONES SOBRE EL VOTO: El ca-
mino del tema siempre ha estado
minado de trabas, candados y ma-
niobras para que no se hiciera una
realidad. El voto desde el exterior
tomó forma jurídica en 1996, año
en que el congreso al fin reconoció
los derechos políticos de la diás-
pora mexicana por su conexión
geográfica e histórica establecida
con Estados Unidos, un hecho que
siempre refiere a una de las frases
célebres de Porfirio Díaz: “pobre
México tan lejos de Dios y tan cer-
ca de los Estados Unidos”.
En 1996 dio sus primeros frutos
la demanda de los mexicanos de
afuera presentada al Senado en
un proyecto para que aprobara la
modalidad del voto desde el ex-
terior. Aunque era perfectamente
factible, había mucha resistencia
por parte del partido en el poder y
del Estado mexicano. Sin embargo,
gracias a la presión de los mexi-
canos radicados en el exterior,
apoyados principalmente por los
partidos de oposición, principal-
mente en la izquierda, el PRD y la
social democracia dentro del PAN,
se logró construir un consenso fa-
vorable a esta causa. La reforma a
la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos, publicada
el 22 de agosto de 1996, cambió
específicamente el artículo 36.
Anteriormente, dicho artículo es-
tablecía, en su fracción III, que
era obligación del ciudadano de la
República votar en las elecciones
populares en el distrito electoral
que le correspondiera; por tanto,
los ciudadanos que no estuvieran
dentro de ese distrito estaban im-
pedidos para ejercer su sufragio.
Con la modificación constitucional,
se suprime el elemento geográfico
para establecer que es obligación
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del ciudadano votar en las eleccio-
nes populares en los términos que
señale la ley.
Aunque se aprobó el derecho, las
regulaciones
correspondientes
fueron sancionadas noventa días
antes del inicio del proceso electo-
ral del 2006. Entre otros aspectos,
se estableció que se podría votar
con credencial de elector expedida
en México y se utilizaría la modali-
dad de correo postal; además, para
que no fuera oneroso los residen-
tes del exterior tendrían que pagar
el correo certificado para emitir su
voto. Este modelo fue considerado
y calificado por la comunidad mi-
grante de Estados Unidos como “el
voto mocho.”
EN 2006 NO FUE COMO SE
ESPERABA
Según Enrique Andrade González,
Consejero del Instituto Nacional
Electoral, “A pesar del creciente
entusiasmo que generó a los mexi-
canos en otros países este cambio
legal, los resultados obtenidos en
los comicios de 2006 no fueron los
esperados. Ese año ejercieron su
derecho al voto 33,111 ciudada-
nos desde el extranjero y lograron
inscribirse 56,312, pero debido a
los múltiples requisitos, plazos y
procedimientos, 23,201 no pudie-
ron votar”. Estaba claro que la ley
aprobada en el libro 5 del Código
Federal de Instituciones y Procedi-
mientos Electorales (COFIPE) era
una trampa mayúscula. Es como si
te dan un automóvil, pero no te dan
gasolina para moverlo. La clase po-
lítica mexicana censuró los bajos
niveles de participación, señalando
que a la comunidad mexicana en
el exterior no le interesaba votar
y cuestionando para qué querían
votar, si se habían ido del país. Es-
tos señalamientos produjeron la
rabia, el enojo y “encabronamien-
to” en los migrantes. Sus remesas
son una fuente de ingresos supe-
rior a los ingresos de petróleo y el
turismo, sin embargo son tratados
como una subclase de mexicanos.
LOS DOS MÉXICOS
La discusión del tema en México
ha estado impregnada de un racis-
mo contra el otro México, como si
los connacionales vinieran a quitar-
les algo, ignorando las propias le-
yes que aprobaron en el Congreso
mexicano sobre la no pérdida de la
nacionalidad, que establece que la
nacionalidad mexicana nunca se
pierde. Por lo tanto esta naciona-
lidad viene acompañada por los
derechos constitucionales, uno de
ellos es votar y ser votados. Duran-
te los seis años de gobierno de Vi-
cente Fox, creció la importancia del
tema de la diáspora en términos de
al 9 de Marz
o de 2018
establecer una 3 interlocución
con la
comunidad mexicana en Estados
Unidos. Uno de los temas más re-
levantes en ese momento fue la
legalización de millones de indocu-
mentados mexicanos en Estados
Unidos, con la propuesta del en-
tonces canciller Jorge Castañeda,
quien manejó la tesis de “la enchi-
lada completa”, entendida como la
regularización de los trabajadores
indocumentados y reunificación
familiar.
El tema se derrumbó junto con las
Torres Gemelas el 11 de septiem-
bre de 2001. Al tomar posesión de
la presidencia, Fox se percató de
que tenía que formar una oficina de
los mexicanos en el exterior para
lo cual nombró a Juan Hernández,
una especie de ministro sin cartera
que no pudo con “el paquetito”.
Requería de menos de un Instituto,
razón por la cual se formó el Ins-
tituto de los Mexicanos en el Ex-
terior (IME), organismo que agru-
pó en sus mejores momentos a la
mayoría de las posiciones políticas
y partidos mexicanos operando en
Estados Unidos, para así estable-
cer una vía de interlocución entre
gobierno y diáspora.
Como los obstáculos no se elimi-
naron, la jornada del 2012 fue un
remedo de la del 2006, con re-
sultados similares, lo que demos-
tró lo que las organizaciones de
mexicanos en el exterior habían
venido planteando desde la apro-
bación del “voto mocho”. Al final se
contabilizaron solamente 40,337
votos. Como los resultados ya es-
taban previstos, fue radicalmente
importante la reunión del 2012 en
la Universidad de Notre Dame y la
del hotel Hilton de Chicago donde
se firmó el acuerdo de Chicago con
todos los partidos políticos y las
organizaciones de mexicanos a ni-
vel nacional, para que los connacio-
nales pudieran tramitar su tarjeta
de elector desde el extranjero. La
Comisión de Asuntos Políticos del
IME dio seguimiento en el Senado
y la Cámara de Diputados para lo-
grar que el Congreso modificara la
ley electoral y, así, emitir creden-
ciales para los mexicanos en los
consulados de México.
16 al 31 de Marzo de 2018
LA REFORMA DE 2014
La Reforma Política Electoral de
2014 fue posible, en gran medida,
por la apuesta ciudadana de los
consejeros del IME y dicha reforma
hizo realidad la credencialización.
Durante los seis años de gobierno
de Vicente Fox, creció la importan-
cia del tema de la diáspora en tér-
minos de establecer una interlocu-
ción con la comunidad mexicana en
Estados Unidos. En el extranjero, el
derecho a votar desde el exterior
para Presidente de la República,
Senadores y Jefe de gobierno en la
Ciudad de México y gobernadores
donde las constituciones locales lo
permitan.
Así mismo el legislador dejó a con-
sideración del INE la modalidad del
voto que puede ser por correo, elec-
trónico o presencial. Hasta enero
de 2018, se han inscrito medio
millón de personas para obtener
la credencial de elector que llega
a los hogares de los migrantes por
correo regular. Una vez que se re-
cibe la tarjeta, se tiene que activar
y luego registrarse por medio elec-
trónico. Desafortunadamente, por
la incapacidad del INE, no se avan-
zó en este proceso y se rechazó el
voto electrónico, que la mayoría
de las comunidades en el exterior
consideran más efectivo y seguro.
Sigue operando el sistema de voto
por correo, que es el más atrasado
y de menos confiabilidad, pero esta
difícil ganarle a la partidocracia y a
la burocracia. Con los números que
tenemos hasta ahora, solamente
contamos con una bolsa de medio
millón de votos, que podría incre-
mentarse al doble, si el INE quisiera
hacer el trabajo de difundir la cre-
dencialización. El Consejero An-
drade planteó en rueda de prensa
que los votos del exterior podrían
definir la elección en 2018. Consi-
derando que la contienda electoral
estará muy cerrada, como nunca
antes, podría tener razón, en caso
de que la elección se resolviera por
uno o dos puntos. De otra manera
solamente estamos hablando de
una hipótesis ilusoria.
Finalmente, para nosotros, la
prueba importante que debemos
superar para que después de tan-
to esfuerzo logremos que los mi-
grantes sufraguen en números
importantes, es el derecho a que
los migrantes puedan ser votados,
un tema que presentó la Diputada
Cecilia Soto del PRD como punto
de acuerdo en la Cámara de Dipu-
tados, exhortando a los partidos
políticos a que incluyan en sus lis-
tas plurinominales un candidato
migrante por cada circunscripción
en los primeros 10 números.