Virgilio Piñera al borde de la ficción (La Habana: Editorial UH / Letras Cubanas, 2015) | Page 35
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ser aburridor en materia narrativa significa tener ganada las tres cuartas partes de la buena fama literaria. Si en su próxima obra Goyanarte
logra en verdad interesar, de seguro que podrá aspirar a esa fama.
Alexandre Arnoux: La cifra*2
Hasta ahora, las cajas fuertes ajenas se abrían mediante el robo previo
de la «combinación» o, más expeditamente, por fractura. En La cifra,
Arnoux nos propone un tercer recurso: el del número cabalístico.
Apela a un tour de forcé -ingenioso pero inconvincente- el joven parisiense Darzy, que se desempeña como secretario de Feurstein, para
abrir la caja fuerte de este último, que es un hombre de imaginación
tortuosa y de personalidad escindida. Añadamos que Darzy no quiere
en modo alguno abrir esta caja con propósito de robo: su intención
es puramente psicológica: abatir el desmedido orgullo de su patrón,
desconcertar su alma con esta prueba terrible.
Para la adivinación de dicha clave, Arnoux levanta un complejo
andamiaje conceptual a partir de las relaciones existentes entre el
número y la persona. Baraja cifras como si fueran cartas, fatigando
al lector con series y combinaciones numéricas, a veces gratuitas. El
autor parece haber olvidado que este rompecabezas de los números
solo se justifica cuando los guarismos vienen a satisfacer o encauzar
un problema real. Estamos dispuestos a fatigarnos con el cálculo de los
gastos mensuales o con los miles de puntos ganados o perdidos en la
canasta... pero nos rebelaremos si, como en el caso de esta ingeniosa
novela, esos guarismos nos ofrecen una solución forzada. El ingenio,
como las matemáticas o la astronomía, tiene sus leyes y es perfectamente
verificable. Otros novelistas han sabido verlas, y los resultados han sido
óptimos. Borges, por ejemplo, se permite toda clase de licencias con
el ingenio: en sus libros la invención llega por momentos a «sofocar»
al lector, pero tanto el uno como la otra se cuidan mucho de caer en el
fácil recurso ideado por el autor de La cifra.
Descontando este deus ex machina, la novela queda como notable
ejemplo de penetración psicológica. En pocos libros como en este el
tema del desprecio toca una nota tan baja y alcanza con su radiante
análisis niveles tan altos. Feurstein, en su furor despreciativo, amontona miles de fichas para «sacar los trapos sucios» de los genios de la
literatura, la historia, la ciencia... Su obra estaría fundada en el odio
que le inspira el género humano, y que hace extensivo a la mucama, a
su cochero, a su cocinera. Estos le pagan con la misma moneda. De tal
*
2
El Hogar, Buenos Aires, 13 de abril, 1956, p. 54.
Alexandre Arnoux: La cifra, Sur, Buenos Aires, 1955.