Virgilio Piñera al borde de la ficción (La Habana: Editorial UH / Letras Cubanas, 2015) | Page 31
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Después de esta jugarreta, ¿cuál otra? ¿Qué nueva escaramuza?
¿Hacer nosotros también el juego a la trampa? Frente a estos hechos,
frente al desenfreno «original» solo había una solución: negarse a jugar
el juego del tonto; por el contrario, denunciarlo. Nosotros gritamos
con voz de Esténtor: ¡Basta! ¡Basta! No más juego, no más puntas de
lanza ni más cabezas de playa, no más emisarios, no más sutilezas
de código, no más ocultar la verdad de un vacío cultural, no más
proseguir regodeándose con la impotencia. Tener, por el contrario, la
clara conciencia que proseguir haciendo la misma cosa de hace diez
años, constituiría grave engaño contra uno mismo y contra el público
que nos lee. No cometer el pecado de lesa literatura que es dejar a una
joven generación que se «fije» en una situación hecha. No conformar
a los jóvenes a nuestra imagen y semejanza, sino provocarlos, espolearlos, hacerlos distintos a nosotros, nuevos guerreros que al dejarnos
tendidos en el campo del honor harán nuestra gloria más duradera.
Por lo demás, sabe Ciclón cuanto debe a Orígenes. Nada menos
que le debe su aparición. Para que fuese una necesidad borrar de
un plumazo a un Orígenes anémico, primero tuvo que existir un
Orígenes sanguíneo, con una fuerza arrolladora, con un propósito a
cumplir y que cumplió en efecto, como el que Ciclón se propone
ahora. Es preciso tener muy a la vista que en su momento, Orígenes
constituyó una meta frente a la inercia de Espuela de Plata; que
Lezama, director de Espuela de Plata, se puso de acuerdo con Lezama,
codirector de Orígenes para terminar de una vez por todas con
una situación anómala. Qué menos pretender pues que Ciclón, no
echando en saco roto las lecciones de la historia, haga lo mismo
con Orígenes, borrándolo de un golpe y revigorizando así el árbol
prometedor de nuestra literatura.
Marqués de Sade: Las 120 jornadas de Sodoma*1
Ofrecemos aquí, por primera vez en español, algunos fragmentos de
Las 120 jornadas de Sodoma, la obra capital del Marqués de Sade.
Estas ciento veinte jornadas son como la culminación paroxística de
todos sus escritos sobre la vida sexual del hombre; vida sexual que, para
decirlo de una vez, es una de las cuatro patas sobre las que descansa la
gran mesa humana.
*
2
Vol. 1, n.° 1, La Habana, enero, 1955, p. 35.
Este trabajo de Piñera sirvió de introducción a la publicación en la sección «Textos futuros» de fragmentos de la obra del marqués de Sade que aparecieron en
dos entregas de la revista (vol. 1, n.° 1, La Habana, enero, 1955, pp. 35-41 y n.° 2,
La Habana, marzo, 1955, pp. 40-50).