Virgilio Piñera al borde de la ficción (La Habana: Editorial UH / Letras Cubanas, 2015) | Page 25

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sí porque ante dicha última manifestación poética de Ballagas la
citada esencialidad se torna ineludible, intransferible (perdóneseme
la redundancia). Apenas salido de las prensas Sabor eterno abre interrogaciones. Se dicen cosas como estas: ¿degradan los valores poéticos
de Ballagas? ¿Se trocará el patetismo en sensiblería? El único cauce
que lo puede salvar es el de la poesía social. Insiste en una temática
exhausta. ¿Evidencia Sabor eterno una persistencia inadecuada?
A mi modo de ver tales interrogaciones se informan, a la vez,
en una razón y sinrazón. Veamos: una razón formal (ahora sí concepto
actual del término) que dice, grosso modo: «Todos los días faisán,
aburre...». Una sinrazón que comienza por ignorar las calidades del ave
en cuestión.
Planteado así, el problema se acusa en parcialidades. Nosotros
queremos la posición indudable, sin conferir necios elogios o teas
incendiarias de criticoides resentidos.
(Continuará).3

Plástica de la expresión poética ovidiana*

En la carga poética contenida en Las metamorfosis la expresión plástica
resulta a tal punto riquísima que podemos ampliamente establecer un
paralelo con la fastuosa pintura parietaria romana y pompeyana. Todos
aquellos supuestos mitológicos que en ambas pinturas constituían
precioso material a la ideación del artista son cabalmente cumplidos
por Ovidio merced a la fuerza plástica de su palabra poética, en
los cantos de su poema mitologizante.
Ovidio, poeta esencialmente dinámico y mágico, es consecuentemente un objetivador de su motivo poético y, por ende, en
contraposición al poeta estático que subjetiviza todos los estados
de su gracia poética. Así, observemos que la condición esencial de
esta «objetivación de estados» tendrá que ser necesariamente la cabal
pintura de los mismos. El poeta necesita comunicar a sus estados
metamórficos una fuerza expresiva que los haga aparecer reales y
permanentes después del desdoblamiento, y su recurso esencial será
*
3

Grafos, año VII, vol. III, n.os 80-82, La Habana, enero-marzo, 1940, p. 51.
No hemos hasta el momento encontrado la prometida continuación de «En
torno a Sabor eterno de Ballagas» en los números posteriores de Acción que
hemos podido consultar. Pocos días después de la publicación del artículo,
Jorge Mañach dejaba la dirección del periódico y probablemente por esta causa
se pierde la página de contenido cultural en donde apareciera publicado el texto y
en la que también hemos confirmado la presencia de un artículo de José Lezama
Lima sobre Manuel Altolaguirre y una notas de Justo Rodríguez Santos bajo la
rúbrica de «Poética».