L
a experiencia de la discapacidad, es en la
vida del ser humano una experiencia inexplica-
ble, escapa del entendimiento y de la lógica que
nos hemos construido. Hemos creído de forma
muy presuntuosa e ingenua que la vida es na-
cer, crecer, reproducirnos y morir, por supuesto
morir ancianos y una noche sin ser conscientes
de ello, pero esta lógica es realmente una pro-
yección que nos hemos creado. Puesto que la
vida no te da la bienvenida a ella con un con-
trato que te asegure salud, bienestar y larga
vida… por el contrario es naturaleza del hombre
ser finito, frágil y necesitado del otro para so-
brevivir y para ser feliz, reconciliarnos con esta
nuestra esencia ayuda a hacer cara a la vida y
a sus circunstancias de forma agradecida, esta
vida que no nos debe nada y que no nos está
dando la espalda, simplemente está dándonos
el regalo de existir, como seres diferentes, en si-
tuaciones, condiciones y necesidades distintas
no como hechos en serie, sino hechos a mano,
para que entonces las diferencias hagan que
nos encontremos unos con otros y en mi rique-
za colabore con tu pobreza, y en mi oscuridad
llegue otro con su luz. Al final de la vida la dis-
capacidad nos alumbra a todos aquellos que
nos hemos olvidado que la vida no es correr, al-
canzar, lograr, obtener o reconocer, sino amar.