El instrumento es muy importante, pero lo es mucho más el músico que lo toca. Hoy en día, además, las técnicas han mejorado tanto y hay tantas academias excepcionales en todo el mundo, que quizá hay cincuenta Pau Casals. En los tiempos de Paganini seguramente el mero hecho te tocar realmente bien fue bastante para crear un mito. Hoy posiblemente Paganini sería un violinista del montón.
u ¿ Y respecto a los instrumentos? ¿ Sucede eso también?
Hoy por hoy, un violín de unos 15.000 e o un cello de unos 25.000 e son de calidad lo bastante alta como para tocar en una orquesta profesional. No hace falta usar un Stradivarius o un Guarnerius. Hay muchas casas en el mundo que tienen instrumentos soberbios, como Moennig & Son en Filadelfia, Bein & Fuschi en Chicago, Jack Francais en Nueva York, Vatelot en París o Charles Beare en Londres. Más de un gran intérprete ha tenido dificultades para elegir entre una de sus creaciones y un instrumento de los anteriores.
u ¿ Qué tipo de violín es considerado como profesional?
Los violines hechos por maestros luthiers modernos tienen un coste a partir de unos 15.000 euros( 25.000 en el caso de un cello). Con este tipo de instrumento se puede tocar en cualquier orquesta, con una calidad“ tipo Stradivarius”.
u ¿ Es cierto que cómo se toque un violín afecta a su sonido?
Cada violín es único y tiene una personalidad íntima y propia. Es un misterio cómo suena de un modo u otro, pero resulta imposible copiar un violín y que suene exactamente igual que el original. Es como un ser viviente. La madera sale de un árbol, que está vivo, se transforma y, por fin, el luthier le dota de una voz. Los factores que afectan a su sonido son tantos … Pero las manos del que lo toca influyen mucho. Cuando otra persona distinta de la habitual lo toca, se nota después. Parece mentira, pero es una realidad. El instrumento se fusiona, por así decirlo, con el alma del instrumentista.
u ¿ Cómo se elige la madera de un violín?
El luthier la sopesa, la araña, la escucha. Si le gusta, la va rebajando hasta que tiene el espesor adecuado. Entonces la coge al aire y la golpea suavemente. Cuando emite un re o un re sostenido, está en su punto. Pero no debe ser demasiado gruesa ni demasiado delgada; ni demasiado dura ni demasiado flexible.
u ¿ Hay alguien que realice experimentos actualmente con los violines?
Sí que lo hay. Un luthier de Michigan, llamado Curtein Alf, está ensayando con nuevos materiales. Es algo complejo, pero ya veremos a dónde llega.
u Hace poco un violinista prestigioso tocó con un Stradivarius en el metro de Nueva York y no recaudó ni cincuenta dólares. ¿ Qué le parece?
Bueno, no me sorprende. Un túnel del metro no es el lugar más adecuado para la acústica, ni para que la gente, que va y viene, se detenga a admirar una melodía. Además, no es fácil reconocer un Stradivarius, ni siquiera en las mejores manos.
àEl futuro
La construcción de violines sigue siendo todo un arte. A diferencia de otros instrumentos, como pueden ser los de viento, su manufactura ha conservado el aspecto artesanal y es la que menos ha evolucionado en los últimos tres siglos. Pero los secretos de los maestros de antaño no son fórmulas mágicas escondidas bajo siete llaves. De hecho, hoy en día los luthiers cuentan con la posibilidad de estudiar concienzudamente la obra de los grandes constructores del pasado, y analizarla usando medios técnicos insospechados hasta hace pocos años. Quizá los constructores actuales comprendan el secreto de estos violines antiguos mejor que sus propios creadores. Investigar cuál es la causa del sonido perfecto de un instrumento puede ser más interesante que transmitir una fórmula sin comprender cómo funciona.
La labor del luthier es hoy, quizá siempre, estudiar las obras del pasado y buscar la perfección en las del presente.
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