Vigésimo primer Informe de Calidad de Vida en Bogotá Informe-Calidad-De-Vida-2019 | Page 6

Informe de Calidad de Vida en Bogotá En lo que respecta a las localidades, estas cambiaron su composición. La población aumentó en las zonas Norte, Suroccidente y Occidente y disminuyó en Cen- tro-oriente, Centro y Suroriente. Mientras que los mu- nicipios de la Sabana crecieron más que Bogotá. Cifras preliminares señalan que Mosquera creció 50%; Cajicá, 45%; Cota, 38%; Soacha, 37%; Funza, 33% y Chía, 24%. Su crecimiento se puede explicar posiblemente por los costos de la vivienda en Bogotá. En la práctica esta nueva realidad nos obliga a re- pensar la oferta y el tamaño de la vivienda en el corto y mediano plazo; la demanda de bienes y servicios para hogares más pequeños y la necesidad de desarrollar infraestructura urbana para el cuidado. Adicionalmen- te, es una oportunidad para mejorar la articulación con los municipios vecinos, donde hay que planear con vi- sión regional, mejorar los accesos, y tener equi- pamiento compartido en transporte público, educación y seguridad ciudadana. La segunda reflexión, tiene que ver con el déficit de vi- vienda, el cual se ha reducido considerablemente en la ciu- dad pero persisten los problemas con la vivienda informal. Hoy, existe un 44% menos de hogares en déficit. El déficit general, que en el 2003 estaba en 325.796 uni- dades, bajó a 123.883 en el 2017. El déficit cuantitativo llegó a 54.518 en 2017 y el cualitativo, a 69.365, mien- tras que en 2014 se encontraban, respectivamente, en 87.262 y 133.538. Sin embargo, la vivienda informal sigue creciendo en la ciudad. La densificación en los barrios de origen informal es un fenómeno difícil de medir. Se estima que, anualmente, se realizan entre 12 mil y 13 mil amplia- ciones de vivienda en sectores de origen informal. Esta cifra es similar a la producción anual de vivienda VIS y VIP. Desde 2010, la expansión informal ha fluctuado entre 2.000 y 4.500 predios por año. En 2018, las nuevas ocupaciones ilegales monitoreadas llegaron a 2.919. Vale la pena señalar que el 2018, fue un año difícil para el sector de la construcción en Bogotá. Se iniciaron 26.798 viviendas, la cifra más baja desde 2004 cuando la ciudad se recuperaba de la crisis del año 2000; en el último año, se redujo la iniciación de vivienda en un 32% (se iniciaron 35.630 viviendas en 2017). El decli- ve en las iniciaciones fue particularmente notorio en el segmento de Vivienda de Interés Prioritario - VIP (de 8.255 viviendas iniciadas en 2017 a 1.933 en 2018, es decir, un 76,6% menos). 6 En resumen las cifras nos muestran que hay varios temas por mejorar, como por ejemplo, establecer, por zonas de la ciudad, metas de generación de vivienda VIS y VIP. Continuar programas de vivienda social, titu- lación de predios y mejoramiento de entornos. Mante- ner e incentivar el desarrollo de proyectos de vivienda en el centro de la ciudad. Promover una mayor articu- lación entre la política pública habitacional integral y los instrumentos de planeación urbana. Ejercer mayor control sobre las ampliaciones ilegales, de manera que se garanticen la normatividad de habitabilidad y la de sismo-resistencia. En temas de política social, la ciudad ha avanzado con intervenciones sostenidas en el tiempo y mejor fo- calización de recursos. La pobreza multidimensional (aquella que identifica carencias a nivel del hogar y de las personas en salud, educación y nivel de vida) pasó de 5,4% en 2014 a 4,4% en 2018, mientras que la pobreza monetaria (incapa- cidad de la persona para satisfacer sus necesidades básicas) pasó de 10,1% en 2014 a 12,4% en 2018. Se estima que hoy, en la ciudad, existen cerca de 1’000.000 de personas con ingresos per cápita que no superan los $ 283.828 mensuales. Por el lado de la salud pública hay logros significativos y desafíos que persisten. La razón de mortalidad materna pasó de 29,9 gestantes fallecidas por cada 100 mil na- cidos vivos (2014) a 25,2 por cada 100 mil (2018). Entre 2014 y 2018, la tasa de mortalidad infantil bajó de 9,4 a 8,8 por cada 1.000 nacidos vivos. Los nacimientos en ma- dres entre 10 y 19 años también disminuyeron: mientras en 2014 se registraron 17.101, en 2018 fueron 10.949. En contraste, hay indicadores que hay que prestar- les atención. Viene en aumento la notificación de ca- sos de VIH-Sida (la tasa aumentó un 19% entre 2016 y 2018, es decir, 616 casos más en los últimos 3 años. En 2018 se notificaron 3.395). Disminuye cobertura de vacunación: el año anterior, solamente la vacuna de la tuberculosis BCG alcanzó una cobertura útil en el Dis- trito Capital (97,2%). Las demás no llegan al 90% de co- bertura. Aumentan los casos de desnutrición crónica: se pasó de 22.740 casos (2016) a 29.965 (2018), lo que conlleva un aumento en la prevalencia. Crece prevalen- cia de niños con bajo peso al nacer: En 2016 fue del 12,6% y en 2018, del 13,5%. Otro tema de la política social es la educación, don- de Bogotá viene avanzando, pero persisten los retos. La